Si me permites, mi querido oyente/lector, la política hoy en día es esto que te voy a contar a continuación. Los hechos sucedieron hace unos días, cuando el secretario de organización del PSOE malagueño fue al Parlamento Andaluz a pedir explicaciones por lo que él entiende como falta de pluralidad en la actual Canal Sur, porque según él se habla poco de la trama Gürtel, de la que como aclaración diré que no tiene ramificación alguna en Andalucía.
Digo que esto es la política, porque algunos, especialmente la izquierda y la extrema izquierda, la han convertido en este país en el arte del drama por la paja en el ojo ajeno y la normalidad ante la viga en el propio.
Que un diputado del PSOE, Francisco Conejo, venga a estas alturas a hablar de falta de pluralidad en Canal Sur, cadena que fundó el Partido Socialista y en al que durante 37 años ha dominado la dinámica de colocar en puestos directivos a personal absolutamente adicto a su propio régimen es de un poco vergüenza que entra ampliamente en el ámbito del insulto a la inteligencia.
Hoy día, la falta de contundencia del gobierno de PP y Ciudadanos, algo habitual en la primera de estas dos formaciones, ha evitado la necesaria purga, que debería haber terminado con los comisarios políticos que ahí dejó el propio PSOE en su puñetera casa. Pero no; hoy en los órganos de decisión de la cadena autonómica prevalecen muchos de esos socialistas que ocuparon puesto por criterios nada claros y que ahí siguen, ante la pasividad del actual gobierno.
Una contundencia de la que no adoleció el parlamentario de Ciudadanos Fran Carrillo, del que he tenido la oportunidad de ver un vídeo en el que respondía al citado Conejo recordándole (acaso debiera haberle administrado rabitos de pasa) que durante 37 años, Canal Sur ha sido una televisión de partido; pero que además, en esos 37 años, se han pasado por alto en nuestra cadena autonómica casos de corrupción que no sólo han sido millones de veces más graves y sangrantes para las arcas de la ciudadanía, sino que tenían su epicentro en Andalucía, a diferencia del citado de la Gürtel.
Quizás parte de la explicación de este poquísimo amor propio del citado Francisco Conejo pueda encontrarse en su currículo, en el que tras llevar a cabo el BUB y el COU e intentarlo sin éxito en la Universidad (hoy en día sigue diciendo que está estudiando Derecho, con 47 tacos que tiene ya el bicho), comenzó una prolongada sucesión de cargos y enchufes políticos. Con esa trayectoria, no se puede pedir otra cosa que el estricto obedecimiento a la voz de su amo, las prolongadas y firmes sobadas de lomo de sus jefes y sus siglas y acaso algún ‘conejo’ sacado de la ‘chistera’ en forma de chiste malo, como esta desvergüenza de venir a hablar de Gürtel en Andalucía: la cuna de los EREs y el chupopterismo socialista militante.
