TODOS SOMOS FERIANTES

Es una catástrofe de alcance mundial que, además de preocuparnos por lo que a nivel sanitario supone, a oscurecido el horizonte vital de un número tan importante de habitantes de este planeta endemoniado que puede dar al traste con todo el esfuerzo realizado en los últimos millones de años.

  De momento, y aunque algunos se empecinen en justificar lo injustificable, parece haber desaparecido lo que hasta hace poco llamábamos “vida inteligente” ya que ni políticos ni ciudadanos hemos actuado de forma brillante. Sálvese quien pueda.

  Observamos con estupor como las autoridades permiten ir a votar a los positivos y sospechosos de contagio en Cataluña. Amigo, cuando se juegan el voto cambian de fórmula y, como Groucho Marx, de principios, si hace falta. Pero mientras tanto las empresas, los empresarios, los empleados, los trabajadores en general y sus familias, se van internando en un pantano cuyas arenas movedizas nos llegan ya más arriba de la cintura, y subiendo.

  Se habla mucho, y con razón, de la hostelería, y es lógico ya que Málaga, y Andalucía en general son destinos turísticos preferentes y, por su clima y características, necesitados de una infraestructura hostelera de primer rango que si se viene abajo puede acabar con un elevado porcentaje de la economía, eso es indudable, y hay que hacer fuerza para ayudar a un sector tan castigado; pero da la impresión a veces de que es el único que sufre las consecuencias de esta situación compleja y enrevesada. Y no es así.

  Espero y deseo sinceramente que la hostelería se recupere, se merecen una buena ayuda y hay que dársela, pero hay otros colectivos muy, pero que muy perjudicados y a uno ellos me voy a referir: los feriantes.

  Allá por el mes de octubre de 2019 acabaron su actividad los feriantes, y dentro de poco se cumplirá un año y medio sin ingresar nada, pero, eso sí, pagando impuestos como si aquí no pasara nada. Ya sabemos lo sanguinaria que es Hacienda y la mala condición de los dirigentes recaudadores, preocupados de sus carreras políticas (me da risa llamarle carrera a eso, y pena) al tiempo que los ciudadanos son cercados por la miseria. La realidad es que miles de familias tienen sus atracciones de feria o sus remolques o su “chambao” guardados (y pagando el IBI de las naves) y viendo como se deteriora ante la impasible mirada der una administración con sus facultades mentales anuladas, cuando no perturbadas.

  Cierto es que hubo alguna limosna, algo más de seiscientos euros, que de nada sirve si hay que seguir tributando en época de vacío.

  Me consta que el de los feriantes es uno de los colectivos que más ayuda cuando hace falta “algo gratis” o pagar algún extra para unas fiestas patronales o cualquier otro evento, les puedo asegurar con conocimiento de causa que eso es así. Pues bien, ahora son ellos los que lo necesitan, pero llaman al timbre y no sale a abrir ni la criada.

  Cuando hablo de feriantes no estoy pensando sólo en los autochoques, la rana, la noria o la montaña rusa; también en los puestos de comida, de turrón o de algodón en dulce. Y en muchos más, porque las empresas de sonido, las orquestas, academias de baile y artistas en general, los restauradores de casetas, los representantes artísticos, los montadores de atracciones que se dan de morros con el paro y un sinfín de trabajadores, que no son titiriteros, que son profesionales, en muchos casos de temporada, que ven diluirse sus esperanzas y sus ahorros ante la impasibilidad de una administración incompetente y superada por la situación.

  Estos y otros colectivos necesitan de una ayuda real y efectiva, y los responsables están obligados a dársela si quieren que los sigan llamando responsables. Por mi parte lo estaré repitiendo todas las veces que sea necesario.

Miguel Ángel Sesarino
Miguel Ángel Sesarino
-Periodista y comunicador jiennense afincado en Málaga desde 1984. Tras su paso por la Universidad Complutense comenzó a ejercer el periodismo en la Cadena Ser de Jaén, siendo destinado a Radio Andújar donde desarrolló labores de turno e informativos. Posteriormente dirigió y presentó magazines y programas especiales. En 1985 y 1986 dirige y presenta un programa nacional de larga duración en Radio Centro de Quito (Ecuador) para la Cadena Melodial, ampliado posteriormente a través del Callejón Interandino hasta zonas de Perú, Colombia y Florida (EE. UU.) Tras su paso por Ecuador trabaja en Málaga en emisoras locales (Radio Fahala, Radio Churriana). Posteriormente entra en la programación de la emisora de Cadena Radio Voz Málaga para pasar luego, desde el principio de sus emisiones a la cadena radiofónica EsRadio Málaga. Paralelamente ha escrito artículos de opinión y reportajes para diversas publicaciones en España, Ecuador y México, ha publicado dos libros de relatos cortos y otro está a punto de ver la luz. En la próxima primavera saldrá también una novela.

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