Hay que agradecer al alcalde de la ciudad hermana de Málaga, Francisco de la Torre, que salga en defensa de la nominación de Granada como sede de la Agencia Española de Inteligencia Artificial (IA); aunque haya recordado que el alcalde de la Ciudad de La Alhambra no mostrara ese mismo ardor de colaboración cuando se negociaba el traslado de la Agencia Europea del Medicamento de Londres a España como consecuencia del “Brexit”. En aquella pugna figuraban las ciudades de Málaga, Granada y Barcelona; y, curiosamente, fue esta última la que se llevó el premio, mediante votación en el Senado, y en plena ofensiva separatista del 1-O. Lo inaudito de aquella votación fue la abstención de los senadores granadinos para auspiciar a su Ciudad a tal propuesta. Siempre me sorprendió esa “abstención” de nuestros representantes territoriales en la Cámara Alta, pues en vez de apoyarla sin fisuras, o por elegancia haberse ausentado de la misma, su voto fue negativo por instrucciones de sus respectivos partidos.
Fue un agravio más a la larga lista que esta provincia acumula a lo largo de décadas de inacción, por acción u omisión, del cainismo de nuestros representantes políticos, la de nuestras instituciones, y de la sociedad en general.
Por eso, el postularse Granada como sede de la IA debe ser motivo de unión de todos los ciudadanos granadinos, sus representantes políticos, económicos, académicos y sociales, sin fisura alguna. Hay un ejemplo único de éxito colectivo en nuestra reciente historia; ya que ni para que Granada tuviera dos hospitales completos nuestros políticos se pusieron de acuerdo, menos aún en la importancia de infraestructuras pendientes; y me refiero cuando toda la sociedad granadina se unió en aquel intento fallido que hubo de desmembrar el TSJA de nuestra capital.
Me parece estéril, y de muy mal comienzo, que nuestro ayuntamiento, a través de su alcalde en funciones, haya polemizado por la misiva del alcalde malagueño incluyendo comentarios descontextuado, y que en nada ayudan a conseguir el fin último: la ansiada sede de la IA en nuestra Ciudad, pues se nos antoja como una necesidad primordial para Granada, y que debe ser el objetivo último de toda una comunidad.
En esta tierra sobran gente a la que habiéndosele otorgado un poder prestado por medio de las urnas se empeñan, por acción u omisión, en estropear, atenazar, ralentizar o, sin pudor, simplemente, recortar un futuro colectivo que a ellos no les pertenece en exclusividad.
Y ya que se cita al alcalde malagueño, bien podríamos aprender de su gestión conseguida a lo largo de sus veintidós años pilotando la enorme transformación turística, industrial, comercial y cultural de Málaga con el apoyo de todos los agentes sociales y políticos al unísono.
Ignacio Pozo
*CEO JURÍDICO
