La Policía Nacional de Almería ha detenido a nueve hombres y una mujer acusados de un delito contra la salud pública tras practicar un total de 17 registros en el barrio de El Puche, principalmente en las calles Tangos de Almería y Romances, donde se han intervenido más de 4.700 plantas y esquejes de marihuana en diferentes plantaciones ‘indoor’, algunas de ellas en viviendas completas.
Fuentes de la investigación han confirmado a Europa Press la intervención policial que tuvo lugar el pasado lunes 22 de mayo, si bien la operación se había gestado con anterioridad a raíz de las “numerosas quejas ciudadanas” por los continuos y prolongados cortes de suministro eléctrico derivados de enganches ilegales en la zona.
La Brigada Provincial de la Policía Judicial intensificó su trabajo para tratar de localizar las viviendas en las que podrían localizarse las plantaciones hasta dar con varios inmuebles sospechosos que fueron objeto de registros por parte del Grupo II de Estupefacientes ordenadas por un juzgado de instrucción de Almería.
Las máquinas de aire acondicionado instaladas en el exterior de las viviendas “en continuo funcionamiento”, las ventanas siempre cerradas de los inmuebles, y el característico “fuerte olor” a marihuana fueron indicios más que suficientes para los investigadores que realizaron las vigilancias previas en la zona, a los que posteriormente se sumaría la constatación de que los supuestos implicados entraban y salían de las viviendas tras permanecer pocos minutos en ellas.
La mismas fuentes han apuntado que varios miembros de un clan de origen marroquí se habría hecho con varias viviendas, muy próximas entre sí, para destinarlas al cultivo de marihuana, de forma que estaba estaban permanentemente “protegidas y vigiladas” por uno de los investigados, quien habría brindado apoyo en este sentido. En otras viviendas, la trama también habría introducido de forma temporal a otras personas jóvenes para custodiar las plantas.
Las pesquisas efectuadas por los agentes permitieron además identificar al presunto líder de la organización, quien acudía diariamente a la zona y contaba con la colaboración de su padre y su hermano así como con otro de los arrestados, de origen español, y “persona de confianza” destinada supuestamente a cuidar la plantación en su ausencia.
La situación de las viviendas habría facilitado a los acusados la adopción de medidas de seguridad para intentar proteger los cultivos que, además, se valían de conexiones irregulares a la red eléctrica para brindar suministro a los cultivos alimentados con más de 200 focos y 230 transformadores, además de útiles para el cultivo.
Además, en los registros se encontraron también armas de fuego, cuchillos, otras armas prohibidas como puños americanos, y altas cantidades de dinero en efectivo. El operativo también conllevó la intervención de varios vehículos y teléfonos móviles así como abundante documentación de utilidad para los investigadores.
