​HAY MAS DE UNA MEMORIA

Quien conoce la Historia, la estudia y la respeta, no la interpreta a su interés, la expone tal cual. La pretendida ley de la concordia es un oxímoron que solo se justifica desde la manipulación, el revanchismo y un enfrentamiento desde un gobierno de coalición que escora cada vez más a la izquierda extrema. 

Efectivamente, la auténtica ley de concordia ya existe y se llamó Constitución, la misma que fue consensuada por todos los partidos (incluidos comunistas e independentistas) que obtuvo la aprobación de más del 95% de los españoles, la que fue aplaudida internacionalmente, y la que fue referente de otros procesos similares en muchos países. En su aprobación había firmas de miembros de los dos bandos de aquella guerra fratricida, y  supuso el fin del aquelarre de unos contra otros. Eso pensábamos hasta hace unos años.

Sorprende que los mismos que vuelven a enfrentar a “las dos Españas”,  sean los mismos que pactan con pro etarras, o ideologías criminales expresamente repudiadas en la resolución  número 2019/2819 del Parlamento Europeo, como sucede con la comunista. ¿Qué sucede con familias que tienen a sus abuelos enterrados en Paracuellos y en el  Valle? ¿Deben optar por uno o por otro…?. Me temo que el Tribunal Constitucional va a tener mucho trabajo con esta ley de la “memoria histérica”.

Es más, hay sospechas más que fundadas que La Ley de Memoria Democrática lo que intenta es deslegitimar la actual forma del Estado, y no hay que ser un experto politólogo para pensar que  sobre todo va contra la institución monárquica. Un gobierno que pretende utilizar leyes para decirnos lo que tenemos que pensar, o que pretenda a elevar  a delito  que  pienses de forma distinta a ellos, deja de estar legitimado como gobierno democrático y lo eleva al grado de “república bananera” lejos del sistema y de las ideas que representan la moderna Europa.

Igualmente, va contra varios artículos de nuestra Constitución, en concreto contra su artículo 16, en el que expresamente “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.”

La democracia pasa por el respeto a los que no piensan como tú, imponer vía leyes de  como debes pensar es propio de sátrapas, o utilizar la fiscalía para perseguir a los que no opinen como ellos los sitúa  muy lejos de lo que es la democracia, y un atropello a las libertades más esenciales como son la libertad de pensamiento, de catedra  y a la propia Historia. 

Reescribir la Historia “manu militari”  no deja de ser propio de totalitarios, mentes oscuras y retrógrados con fines espurios. La utilización de esa nueva ley para, incluso como algún miembro del gobierno ha dejado caer, para demoler el Valle de los Caídos, es todo una declaración al más puro estilo inoclastico-talibán, tal como hicieron estos con los budas del Siglo VI en el valle de Bamiyán  declarados Patrimonio de la Humanidad. Esto desgraciadamente nos recuerda el incendio de miles de templos católicos en España, cuando no algo peor, de épocas que creíamos superadas. En eso estamos por desgracia.

Ignacio Pozo, CEO Jurídico.

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