ELECCIONES CATALANAS

Podemos extraer distintas conclusiones difícilmente cuestionables y todas ellas absolutamente negativas de las pasadas elecciones. Siendo la  conclusión a la que podemos llegar es que, una vez más, estas elecciones, lejos de resolver la gobernabilidad de Cataluña, la complican. Y no solo eso, sino que se ha complicado, todavía más si cabía, la gobernabilidad (y el futuro) de España.

Se esperaba un día primaveral tranquilo. Pero, desde primera hora del domingo, la noticia fue otra: caos en Barcelona. Un robo de cable de cobre había detenido todos los accesos a Barcelona en trenes de cercanías.

El CIS preveía una asistencia a las urnas desmesurada, acaso superior al 80%. Algo parecido a lo que había ocurrido en Galicia: movilización del electorado. En realidad, el 42% del electorado (mas el voto nulo y el voto en blanco: 40.000 ciudadanos que se han tomado la molestia de ir a votar y de no entregar a nadie su voto) ha preferido quedarse en casa y dar la espalda ¿a causa de las candidaturas? ¿O más bien, a causa un sistema del que ya no pueden esperar gran cosa?. A eso se le llama “desafección”, término muy de moda en el ruedo político. En realidad, es el resultado de 20 años de nacionalismo e independentismo, dando la matraca a través de los medios de comunicación catalana, del fracaso de la asonada independentista con su referéndum mangui, del cansancio de ver cada día más problemas en el día a día y unos gobiernos (y medios de comunicación regionales) que siguen achacándolo todo a “Madrid”, impávidos ante la falta de inversiones en infraestructuras, la fuga de entidades financieras y grandes empresas que lo privan de ese necesario musculo para progresar económicamente,   las restricciones de agua han sido antológicas en Cataluña, y la creciente inseguridad ciudadana es la punta de todo un sistema en quiebra.

Los titulares de los medios son rotundos: “El independentismo ha sido derrotado en las urnas”. En realidad, el independentismo nunca ha tenido la opción de “vencer” en la sociedad catalana. Es cierto que algunas candidaturas “nacionalistas” y/o “independentistas” han obtenido mayorías parlamentarias en algunas legislaturas, pero, de ahí a aceptar la independencia hay un trecho. En primer lugar, la lengua catalana es utilizada hoy como primera lengua por un 35%. Ese es el “techo” del independentismo (y no todos los que hablan catalán les votan). En algunos momentos, el dinero de la Generalidad  han dado la sensación a través de los medios de comunicación (todos ellos subvencionados) de que la intención de voto nacionalista llegaba hasta el 51-52% (como máximo). Era un espejismo puntual que surgía como respuesta a fracasos del gobierno del Estado o bien, el resultado de una crisis económica. Pero, en Cataluña, en la calle, los “creyentes” en que la independencia lo resolvería todo siempre han sido minoría. Por tanto, nunca han existido posibilidades reales de secesión. Para el nacionalismo, la Generalidad  no es más que un peldaño necesario para alcanzar la independencia, esta no se vislumbra ni a largo plazo. De ahí que, aprovechando el sistema, se hayan acomodado en lo de “queremos ser independentistas pero sin independencia”.  

Contrariamente al “relato” del PSOE, el resultado del domingo en Cataluña no contribuirá a que los independentistas acepten su derrota, sino todo lo contrario: los radicalizará.

Durante una semana se hablará mucho de estos resultados. Luego, en junio volveremos a las urnas en circunscripción única. Ni antes, ni inmediatamente después, de las elecciones europeas se creará un gobierno en Cataluña.

El gran derrotado en las elecciones catalanas es ERC. Se suele ver a este partido como el “motor” del independentismo, pero, también, lo es Illa, cuya victoria puede ser pírrica: ha ganado, pero el nacionalismo le ha advertido de que  Madrid o Cataluña. Ósea  Cataluña para los nacionalistas y Madrid para el PSOE.

A pesar de los cambios en el mapa electoral de Cataluña, la triste realidad es que, ayer vivimos otro amanecer del Día de la Marmota, con la diferencia de que, en la película que todos recordamos, la situación del protagonista mejora cada día y en la política española y catalana todo tiende a empeorar.

Ignacio Pozo.

Ignacio Pozo
Ignacio Pozohttp://www.ignaciopozo.com
CEO Despacho jurídico-empresarial (especialista en derecho Laboral-Fiscal y Mercantil) 1.- INSTITUCIONES: Ha pertenecido 10 años al Comité Ejecutivo de la Cámara Comercio de Granada, obteniendo la Medalla de Plata. Medalla de Oro al Mérito Profesional. Comité de la Confederacion Granadina de Empresarios. Expte. Nacional de la Asociación de Empresas Consultoras (ACE). Expte. de la Asoc. Técn. Sup. Prevencion RR.LL de Andalucía. Miembro del Tribunal de Arbitraje de Granada. Secret. Gral. de “Granada Futuro”. Fundador Plataforma ciudadana “Juntos por Granada”. 2.- FORMACION ACADEMICA: Derecho, RR.LL.,Gdo. Soc. Master Int Rr.II. (Creditos doctorado) Técnico. Sup. Prev. RRLL. Técnico Sup. 2* en RRII. Mediador Laboral, Merc. y Civil. 3.- MEDIOS: Colaborador literario en prensa, radio y Tv.

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