Se acabaron los disimulos; se terminaron los postureos; adiós a las caretas: en el PSOE de Almería ha vuelto a estallar la Guerra Civil. La verdad, no es nada nuevo, que se lo pregunten a Nono Amate y Martín Soler, pero el caso es que, al grito de ‘¡cuerpo a tierra, que vienen los míos!’, los diferentes representantes socialistas en las diferentes administraciones se han liado a sartenazos a diestra y a siniestra.
El movimiento emana del toque de corneta escuchado a todo trapo en Ferraz, con la diana dibujada sobre el rostro vivo del ‘susanismo’ andaluz, del que Pedro I El Falso ha prometido que no quedará piedra sobre piedra, pero tiene sus más sólidos antecedentes en aquel ‘lío’ que la Sultana le quiso hacer al hoy ‘capo’, que éste juró que jamás olvidaría.
Como anuncié la pasada semana, la primera descarga de mortero ha caído sobre Huelva, ya sabéis, aquella ciudad que Carmen Calva puso como ejemplo de ‘cultura mediterránea’, pero de vuelta a la base de operaciones, los bombarderos han descargado también sobre Jaén, donde están dándose más palos que los que suele llevarse una estera y ciudad sobre la que no se tiene conocimiento que la Calva haya puesto como ejemplo de ‘cultura adriática’.
Ya adelanté en este mismo espacio hace unos días que el siguiente objetivo de la escuadra pedrista es Almería, donde ellos mismos presumen que tendrán flaca oposición. Aquí, el dúo formado por el secretario de estado para la mentira histórica y el ‘diputado tectónico’ presumen en Madrid que no tienen oposición y que, con un soplido, derribarán la casa de paja del susanismo representado por los Sánchez Dalton.
Sin embargo, Indalecio, que tendrá otras virtudes, pero que no se caracteriza especialmente por su prudencia, podría estar vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Lo que sí puedo asegurar a día de hoy es que los bastiones del susanismo almeriense no están dispuestos a entregar la cuchara.
De hecho, publicaba anoche www.esRadioAlmería.com una noticia sobre una nueva andanza del ‘tectónico’, que tras saltarse el confinamiento domiciliario antes del verano para “ir a comprar el pan” a diez minutos de su casa, con reloj inteligente específico para senderismo incluido, decidió la pasada semana darse un homenaje gastronómico, junto al diputado provincial, Antonio Gutiérrez, en el municipio de Alhabia, en el que no residen ninguno de los dos.
Pues bien, os aseguro que la noticia no ha llegado a esta redacción por la vía de una sesuda investigación periodística ni a través de un chivatazo de algún partido rival, sino salida del propio Partido Socialista. Querido Indalecio, si tuvieras un mínimo de cultura para superar la antigua EGB, sabrías que, en mitad de la batalla, las balas más peligrosas son las que viene desde la retaguardia: las de delante las ver venir; las otras, imprevisibles, se lo llevan a uno por delante sin apenas tiempo para percatarse de lo que ha sucedido… especialmente a quienes se creen invencibles.
