Llevo una semana pensando en el concepto de libertad. Quizás las imágenes de las personas celebrando en España (en tiempos de pandemia) el fin del estado de alarma, me ha tenido buscando en el diccionario el significado no solo de libertad, sino también de libre albedrío, responsabilidad y sentido común.
Y llegué a una conclusión: los conceptos pueden variar de un continente a otro.
Sin duda el significado de libertad no se lee igual en China, Israel, Cuba o España.
Por ejemplo en Wuhan (ciudad de China donde ´nació´ el COVID-19) los habitantes pueden sentirse totalmente libres, a pesar de estar bajo el sistema comunista chino. En esta ciudad donde se prohibió el ingreso –pero no la salida- de cualquier persona durante el primer semestre de 2020 para evitar la propagación del virus, desde hace varios meses se puede disfrutar a lo bestia de cualquier fiesta temática, porque el gobierno logró ´controlar con éxito´ la pandemia.
En Israel ahora mismo me cuesta creer que un ciudadano pueda sentirse del todo libre. Irónicamente en este país –que ha sido tomado también como ejemplo por cómo ha manejado la pandemia- no suena la música ni las risas de las personas que van de marcha. ¡NO!. Solo se escuchan las alarmas que alertan a los ciudadanos que deben buscar refugio porque se aproxima la llegada de un misil y luego el estruendo de las explosiones. ¡Sálvense quien pueda!.
Cuba por su parte es todo un espejismo de libertad. Un turista europeo bien podría sentirse libre en este paraíso: playas maravillosas, habitantes simpatiquísimos, fiestas hasta el amanecer, qué más se puede pedir. Pero la realidad para el que vive ahí es totalmente distinta y agónica. Lo sé por Conchita, mi profesora de castellano de bachillerato. Ella me contó, entre tantas cosas hace más de 20 años, cómo escapó junto a su esposo de la isla, que podía comprar carne una vez al mes y que tenía que esconder bajo un azulejo de la sala de su casa el dinero extra que podían tener de las remesas que recibían de familiares, porque los militares constantemente visitan las casas de los cubanos para inspeccionar que no tengan ningún tipo de lujo. ¡Cosas del maravilloso mundo comunista!
Y bueno en España al parecer la libertad se ejerce a través de los botellones, tapear en los bares y disfrutar de la marcha hasta que el cuerpo aguante. Válido. Eso se llama libre albedrío, solo que a veces siento que los humanos no vemos más allá de nuestro ombligo.
¿Somos realmente libres? Me lo pregunto cuando paso dos años suplicándole a mi médico de familia que me remita con un especialista porque no aguanto más el dolor, o cuando escucho a mis amigos autónomos ahorcados con Hacienda o perseguidos por los bancos, o cuando los medios de comunicación solo muestran una versión de los hechos y nos condicionan a creer lo que ellos quieren.
¡Ojalá todo fuera tan expedito como pedir una cerveza y celebrar en la Plaza Mayor!
Betty Hernández.
Muy interesante! Definitivamente la libertad no significa lo mismo para todos!