Tres iniciativas andaluzas, dos malagueñas y una granadina, han sido seleccionadas dentro del proyecto europeo S3UNICA ‘Smart SpecialiSation UNivercity Campus’ como mejores prácticas por el carácter innovador de sus actuaciones de mejora energética en edificios universitarios. Enmarcada en el programa Interreg Europe 2014-2020, el objetivo prioritario de esta iniciativa comunitaria es la mejora de la eficiencia energética en los edificios e infraestructuras de los campus universitarios europeos, a través de la promoción de las energías renovables, el desarrollo de soluciones innovadoras asociadas al ahorro energético (como enchufes inteligentes o aplicaciones para sistemas de climatización), así como el uso de redes inteligentes.
La Agencia Andaluza de la Energía (entidad adscrita a las consejerías de la Presidencia, Administración Pública e Interior y de Hacienda y Financiación Europea) participa como socio encargado de coordinar las actuaciones de las 27 universidades, centros de investigación y otros agentes del conocimiento andaluces que también intervienen en este proyecto.
Uno de los resultados finales del mismo será la detección de 20 buenas prácticas a nivel europeo, seleccionadas por un comité de expertos independientes contratados por la Comisión Europea que conforman la ‘Plataforma de aprendizaje para mejores prácticas en materia energética’. Estos ejemplos serán una referencia para la elaboración por parte de cada uno de los nueve socios del proyecto -procedentes de Italia, Rumanía, Polonia, España y Finlandia- de un Plan de Acción Regional que incluirá, entre otras actuaciones, un mayor uso de la domótica y TICs, nuevas tecnologías de generación renovable, mejoras en la legislación o programas de formación de los gestores energéticos de edificios universitarios. Estas buenas prácticas servirán también de modelo para proyectos energéticos de toda la UE, al pasar a formar parte de una base de datos europea del programa Interreg Europe.
Así, una de las mejores prácticas elegida es la desarrollada por la Universidad de Granada, que cuenta con siete campus universitarios con una superficie construida de 616.394 m2 y donde existe un amplio patrimonio de inmuebles, con 122 edificios. La UGR realiza periódicamente auditorías energéticas que le permiten conocer y poner en marcha las actuaciones que deben realizarse para incrementar el ahorro y eficiencia energética en sus edificios.
A través de estas auditorías, se detectó que la Universidad conseguiría importantes ahorros llevando a cabo medidas como el cambio de luminarias por tecnología led, la renovación de ventanas, la sustitución del tipo de combustible utilizado en calefacción por otro más sostenible o el seguimiento de las instalaciones energéticas mediante monitorización y control del consumo. De esta forma, según los datos ofrecidos por la propia Universidad de Granada, se ha conseguido un ahorro de energía anual de 892.858 kWh que han logrado que los campus granadinos dejen de emitir 441,64 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a plantar 11.300 árboles anualmente.
Otra mejor práctica destacada es la de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga, que combina la producción renovable de energía eléctrica mediante solar fotovoltaica con la implementación de sistemas de gestión energética que controlan la climatización y la iluminación de todo el complejo. Con la instalación fotovoltaica de 1 MW ubicada en sus cubiertas, usando paneles monocristalinos de 230 W que producen de media 704 kWh/año, cubre ampliamente las necesidades energéticas del edificio, al coincidir su actividad con las horas de mayor insolación. De esta forma, la Universidad optimiza tanto la energía que se necesita como el manejo de sus instalaciones, y le permite encaminarse hacia la consecución de un complejo universitario con la máxima calificación energética.
La tercera buena práctica andaluza seleccionada es el proyecto Smart Málaga, que desarrolla el Ayuntamiento de la ciudad y que abarca, entre otros edificios, a ocho de la Universidad malagueña, los cuales forman parte una iniciativa piloto de Edificios Inteligentes donde se han implementado diversas medidas para reducir el consumo energético y mejorar la calidad del aire interior. En este caso, los beneficios del proyecto Smart Málaga, además de revertir en los estudiantes y el personal de la universidad, también tendrán un impacto en los ciudadanos malagueños, al canalizarse las innovaciones promovidas en las universidades al ámbito urbano; siendo éste otro de los objetivos perseguidos por el proyecto S3UNCA.
Entidades adheridas a REDEJA.
Tanto la Universidad de Granada como la de Málaga están adheridas a la Red de Energía de la Junta de Andalucía (REDEJA), el instrumento de la Administración andaluza destinado a aplicar principios de ahorro, eficiencia e implantación de tecnologías de aprovechamiento de recursos renovables en sus edificios y centros de consumo, que gestiona la Agencia Andaluza de la Energía.
A través de REDEJA, la Agencia presta, entre otros servicios, el de asesoramiento técnico y realización de estudios energéticos en los edificios propiedad de la Junta de Andalucía, por ejemplo, como fue el caso de la Universidad de Granada; así como el de gestión del contrato centralizado de energía eléctrica con certificado de garantía de origen 100% renovable, que agrupa los más de 5.000 suministros energéticos de los edificios de la administración regional, entre los que se encuentran los edificios que componen el campus de ambas universidades.
Socios del proyecto.
La Dirección General de Medio Ambiente y Energía de la Región Autónoma de Frulia, Venezia y Giulia, las universidades italianas de Udine y de Trieste, el Consejo Regional del Sur de Karelia, la Universidad Tecnológica de Lappeenranta, la Agencia Local de Energía de Alba (Rumanía) y la Asociación de Municipios Red “Energie Cités” en Polonia, además de la propia Agencia Andaluza de la Energía y el Instituto Universitario Andaluz de Domótica y Eficiencia Energética de la Universidad de Málaga, son los socios de S3 UNICA.
Con campus universitarios diversos y con situaciones tecnológicas y reglamentarias distintas, comparten la necesidad de mejorar la eficiencia energética de sus infraestructuras universitarias mediante una metodología compartida y el intercambio de mejores prácticas, con soluciones aplicables en campus de toda Europa.