La culpa es de Georgina

´¿Y a mi no me puede pasar lo mismo que a la Georgina? Tiaaa, que yo quiero que me busquen en un coche deportivo al trabajo todos los días´.

Con esta determinación -o sentencia- salgo de golpe del estado somnoliento con el que viajo en el autobús un lunes por la mañana. Era la manifestación de lo que llaman ahora ´empoderamiento femenino´ o el aspiracional de vida de una chica de 19 años, aproximadamente, que hablaba por el móvil con alguien que, quiero pensar, la oía pacientemente al otro lado del aparato.

La culpa ya no es de Disney, ni de sus películas románticas. Adiós al sueño de querer ser princesas oprimidas rescatadas por príncipes que aparecen de la nada. ¿Alguien ha pensada a qué se dedican los rescatadores que aparecen en caballos asombrosos? ¿Trabajan? ¿Estudian? ¿Pagan impuestos? Oye, que bien podrían ser estafadores de Tinder. Pero volviendo a lo de la chica del autobús, al parecer ahora entre las más jóvenes, se ha creado un nuevo modelo a seguir: el de Georgina Palacios, esposa del futbolista Cristiano Ronaldo.

Para el momento en el que escribo este artículo, Netflix transmite ´Soy Georgina´, un reality que cuenta la vida de la modelo y empresaria Georgina Rodríguez Hernández. Yo la verdad no lo he visto ni tengo intenciones de verlo, pero he leído y escuchado cuántas opiniones y reseñas ha salido de este material audiovisual. No voy a entrar en críticas o análisis de la vida de Georgina, suficiente debe tener la pobre por ser la pareja de un futbolista súper famoso.

Lo que sí es cierto es que, por lo que cuenta en el reality, su historia de amor con la estrella de futbol es la versión millennial de La Cenicienta o La bella durmiente: de no tener nada a tenerlo todo; de llegar en autobús al trabajo a regresar a casa en un deportivo de lujo. ¡Una maravilla! Georgina, sin querer, ha puesto el listón muy alto para las influencers que hacen vida en la redes sociales.

Sin duda es el cuento de hadas perfecto y la trama ideal para una novela mexicana: la mujer pobre y el hombre millonario, que al conocerse sienten el flechazo de cupido. Y ojo, no escribo desde la envidia, para nada. Yo en el fondo soy muy romántica y si he querido escribir de esto es porque hoy es el Día del amor y la amistad.

Lo que sí siento es temor por las más jóvenes. Por las que vienen a relevar a las mas mayorcitas. ¿Será que tendrán como referencia a Georgina Rodríguez para alcanzar todo lo que quieren en la vida?

Romantizar la vida hace mucho daño y si en el pasado Disney fue acusada de influir de forma negativa en las mujeres, con historias de princesas abstenidas que solo podían vivir si eran rescatadas por príncipes azules ¿sucederá los mismo con Netflix y su contenido?

En el Día del amor y la amistad solo quiero recordar que no existe un guion único y universal para vivir la vida, pero sí para producir un reality show, y que no todas –afortunadamente- podemos ser Georgina ¡y no es el fin del mundo!

Betty Hernández.

Betty Hernández
Betty Hernández
Periodista, locutora y migrante. Experta en escritura digital, periodismo institucional, radio y redes sociales. Es venezolana, de padre canario y madre portuguesa, vive en Granada desde 2019.

Articulos Relacionados

Deja un comentario

Nuestras Redes Sociales

960FansMe gusta
100SeguidoresSeguir
1,688SeguidoresSeguir

Últimos Artículos