La plataforma del Patio de los Naranjos interpone una queja ante Maeztu por la tienda en la Nave del Lagarto

La plataforma de Sevilla contraria a la inmatriculación de bienes acometida a su favor por la Iglesia Católica entre 1998 y 2015 y la asociación Ben Baso de profesores para la difusión del patrimonio histórico han formalizado una queja ante la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, dirigida por Jesús Maeztu, a cuenta de las obras promovidas por el Cabildo de la Catedral hispalense en la conocida como Nave del Lagarto del citado templo, declarado Patrimonio Mundial en 1987, para la nueva tienda librería del mismo.

En su escrito de queja, recogido por Europa Press, estos colectivos recuerdan que en 2019, la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz emitió una resolución solicitando a la Junta de Andalucía “disponer las medidas de elaboración, discusión y aprobación de un Plan Director de la Catedral, como instrumento de ordenación y gestión que permita la adecuada definición de la funcionalidad de este elemento histórico artístico de primer orden, junto a una dimensión religiosa y espiritual”.

Al respecto, señalan que a día de hoy no hay “noticias” sobre la “actualización, revisión o nueva redacción” del “plan director” solicitado respecto a la Catedral de Sevilla, alertando de que “con base a un supuesto” documento de tal naturaleza, el Cabildo Catedralicio ha emprendido “la ampliación de la tienda” del templo en la galería este de la Nave del Lagarto del Patio de los Naranjos, una actuación avalada por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, dependiente de la Consejería de Turismo y Cultura, pero que según los colectivos “agrava” la situación de dicho patio.

Según las entidades, la nueva tienda promovida en la Nave del Lagarto del Patio de los Naranjos “duplica prácticamente la superficie mercantil, ocupando casi el total de la galería este y dificultando sobremanera el paso de las personas”, toda vez que estos colectivos vienen reclamando que el Patio de los Narajos recupere su antigua función de espacio de pleno acceso público, frente a la “privatización” acometida por el Cabildo Catedralicio.

SIEMPRE CON LAS “PUERTAS ABIERTAS”
Según las entidades, “desde su construcción como patio de abluciones de la mezquita aljama de la Sevilla almohade en el siglo XII, hasta su transformación en claustro de la Catedral cristiana un siglo más tarde, el Patio de los Naranjos siempre había tenido sus puertas abiertas a lo largo del día hasta el anochecer, estableciéndose un flujo constante de comunicación de todo tipo entre la ciudad y el espacio del patio”.

Fue en 1992, año de la exposición universal celebrada en Sevilla, cuando este espacio fue “privatizado de facto”, pues “se cerró el acceso gratuito al Patio de los Naranjos, manteniéndose desde entonces como parte de la visita de pago al conjunto catedralicio y desvirtuando su disfrute y uso secular, al convertir sus puertas en acceso exclusivo de grupos turísticos”.

El cuadro de tarifas de la Catedral, eso sí, especifica que la visita al recinto es gratuita para “naturales o residentes en la Archidiócesis de Sevilla, menores de hasta 13 años acompañados por un adulto, discapacitados a partir del 65 por ciento y un acompañante en caso de necesitarlo y desempleados nacionales”; pero siempre “acreditándolo mediante documento oficial” en el correspondiente control de acceso del monumento.

FUNCIÓN TURÍSTICA
Como consecuencia de ello, según el colectivo, el Patio de los Naranjos ha sido “relegado” a una “posición subordinada en el conjunto de la Catedral”, pues “actúa como acceso para los grupos de visitantes con reserva previa, a través de un puesto de control instalado en el acceso de la nave del Lagarto”, donde “se ofrece a los turistas un puesto de compra de recuerdos”.

“Esta acción privatizadora se enmarca a su vez en lo que recientemente ha ocurrido con miles de espacios en todo el Estado, al amparo de una normativa lesiva para el patrimonio público, cuando se ha procedido a la inmatriculación de este espacio, junto con la Giralda, como ‘dependencias anexas’ de la Catedral, lo que no sólo le resta la personalidad que tuvo durante siglos, sino que priva a la ciudadanía del libre acceso al que tiene derecho” al estar el Patio de los Naranjos abarcado por la figura de bien de interés cultural (BIC) de la que goza el conjunto de la Catedral hispalense.

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