Vox, la fuerza nueva del yunque

«Es una pena que un partido que no preside un ultra, sea de extrema derecha»

Gonzalo Sichar en su corta carrera política se caracterizó por ser un verso libre dentro de una organización con continuos tumbos tácticos, estratégicos y hasta ideológicos. Fue el portavoz de Ciudadanos en la Diputación provincial de Málaga de 2015 a marzo de 2019, fecha en que dimitió por desavenencias con su partido y entregó sus actas.

Apartado desde entonces de los partidos políticos, el 26 de octubre, a las 19 horas, presenta en la malagueña librería Luces ‘Vox, la fuerza nueva del yunque’, un ensayo sobre la trayectoria ideológica del partido que dirige Santiago Abascal.

Teniendo al país pendiente de si un prófugo inviste el presidente de gobierno, ¿cómo se le ocurre escribir sobre Vox?

Me aterran los cuatro años que se nos vienen encima. Por mucho que ahora simulen falta de acuerdos, creo que está todo cocinado y vendido. No hay remedio en ese sentido.

Pero creo que es importante advertir a la ‘gente de bien’ que el otro bloque no es nada puro en absoluto.

«Vox está plagado de gente que viene de organizaciones de extrema derecha, hasta un diputado provincial es simpatizante de Hezbollah por su odio neonazi a los judíos»

¿A qué se refiere exactamente?

Tanto PSOE como PP se están apoyando en sus extremos y eso no es bueno para la democracia. Ya es duro para los españoles que los dos bloques estén comandados con los dos partidos con más casos de corrupción. Al menos presuntamente. Pero es que además la mayoría de la gente moderada (la que probablemente vote con la nariz tapada al PP) tiene muy claro que es inmoral que un presidente se apoye en los herederos del terrorismo etarra (y hasta del terrorismo catalán) y en un prófugo, pero no repara en cómo es el sostén de la derecha moderada.

Vox es un partido que está plagado en sus listas de gente que viene de organizaciones de extrema derecha, algunos con casos de violencia, o un simpatizante de Hezbollah por su odio neonazi a los judíos. Y en este caso estoy hablando de un diputado provincial y mano derecha de Ignacio Garriga el número 2 (aclaro que solo nominalmente) de Vox a nivel nacional. Y ahora estamos viendo de qué son capaces los terroristas proiraníes.


¿Cuántos ultras tiene localizados en Vox?

Pues sin hacer una investigación muy exhaustiva localicé a unos cuarenta.

«Ahora (y no al principio como sostiene la izquierda) Vox está en la ultraderecha»

¿No le parece una cifra muy baja entre los miles de candidatos de Vox?

Efectivamente no es una cifra muy alta, pero si quitamos de esos miles a los que no están en puestos de salida, el porcentaje aumenta mucho. Porque encima estos cuarenta ultras están muchos en puestos de salida o ya con puesto de representación.

EH Bildu incluyó también ‘sólo’ a poco más de treinta etarras en sus listas y desde luego que para los demócratas fue algo aberrante.

Además Vox ha rescatado a gente de muchos partidos. Toca en todos los palos ultras. Por señalar algunos: Fuerza Nueva, La Falange, FE de las JONS, FEI, España 2000, CEDADE, Acción Radical, Plataforma per Catalunya, Democracia Nacional… Se ha llegado a dar el caso de que España 2000 y Alternativa Española (partido del yerno de Blas Piñar) no participaron en comicios electorales para concentrar el voto en Vox. Está claro que ahora (y no al principio como sostiene la izquierda) Vox está en la ultraderecha.

¿Antes del surgimiento de Vox la ultraderecha estaba en el PP?

Sí, pero se producía algo muy diferente: antes la ultraderecha votaba al PP a regañadientes pero no influía en la dirección del partido. En Vox Jorge Buxadé ha situado al partido en la ultraderecha.


¿Ya no hay liberales en Vox?

A los liberales de Vox los purgaron en septiembre de 2014, cuando Abascal se alza con la presidencia. Que alguien ultraconservador como Iván Espinosa de los Monteros pase por ala liberal es un indicativo de lo ultra que es Vox en la actualidad.

«Incluyo perfiles de más de 40 personas que han sido candidatos de Vox y que han militado en organizaciones ultraderechistas, falangistas y hasta en neonazis»


Pero Vox está en Europa con los Conservadores, no en el grupo de Le Pen.

Desde los tories salieron de los Conservadores y Reformistas Europeos (debido al Brexit), ese Grupo está situado muy a la derecha. Por ejemplo, Giorgia Meloni, que proviene del fascista Movimiento Social Italiano, está hí.

Pero las relaciones de Vox con la ultraderecha son innegables. En la noche electoral de las presidenciales de Francia, Buxadé estaba en la sede de campaña del partido de Marine Le Pen. Y el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP), fundado por Marion Maréchal —nieta del fundador del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, y sobrina de la actual líder Marine Le Pen— pertenece a esa área perimetral de Vox que describo en el libro. Y quiero recordar que en las Elecciones Presidenciales francesas de 2022, Maréchal no apoyó a su tía sino al más ultraderechista Éric Zemmour.

La influencia de Viktor Orbán en Vox es notable. En Iberoamérica Vox se relaciona con la ultraderecha (Jair Bolsonaro, pinochetistas, herederos de los escuadrones de la muerte en El Salvador, la hija de Alberto Fujimori…).

Es una pena que un partido que no preside un ultra, sea de extrema derecha.

«Creo que Abascal es de los líderes más carismáticos que hay en el panorama español, pero el personaje se ha ido comiendo a la persona»

Si dice que Santiago Abascal no es ultra pero Vox sí, ¿le falta liderazgo?

Yo creo que el presidente de Vox es de los líderes más carismáticos que hay ahora en el panorama español. Claro que el listón está bastante bajito. Probablemente sólo le supere en liderazgo Isabel Díaz Ayuso. Yo conocí a Abascal en su última etapa en el PP, que coincidía con mis últimos meses en UPyD. Puedo decir taxativamente que no era ultra, pero el personaje se ha ido comiendo a la persona.

Por mi trabajo de investigador, he conocido a mucha gente de diferentes tendencias políticas. También a ultras, y me da la impresión que Abascal imita a alguno de estos antiguos líderes ultras en su puesta en escena. Diría que hasta en el vestuario, con ropa estilo militar o camisas azules (casi azul mahón).

En su título apunta también a El Yunque. ¿Eso no es un bulo de la izquierda?

Que El Yunque existe es una realidad innegable. Incluso hay sentencias judiciales que dictaminan que algunas organizaciones son tapaderas de la sociedad secreta. La más conocida es Hazte Oír. También evidencio en el libro que además de los ultras a los que me he referido, en las listas de Vox hay personas vinculadas la tapaderas de El Yunque.

¿Por qué usted nunca llama ultracatólico a El Yunque?

Será porque sigo siendo un verso libre y me gusta llevar la contraria [risas]. No en serio, porque El Yunque no es sólo una organización que está fuera de la Iglesia católica, sino que su jerarquía ha denunciado que sus prácticas no son cristianas. A la Conferencia Episcopal se le puede achacar que haya tardado en reaccionar frente a El Yunque, pero son los católicos quienes han destapado a esta organización, antes que los medios de izquierda.

El Yunque se aprovecha de organizaciones como el Opus Dei o los Propagandistas, para cooptar a su gente, que entran en asociaciones yunquistas creyendo que son católicas. Pero yo pienso que El Yunque está más cerca del trumpismo wasp que del nacional-catolicismo.

«Yo al PP le pediría que se quitara los complejos, que reforma la ley electoral y que sea valiente en cuestiones de regeneración política: fuera chiringuitos»

¿Si Vox es tan ultra, qué camino le queda al PP para volver a gobernar España?

El PP debería mirarse más a sí mismo que a otros partidos. Hace tiempo que juega a esperar el fallo del otro. Han esperado los errores de Ciudadanos para acaparar más cuota centrista. El escoramiento de Vox hacia la ultraderecha le beneficia pero sólo parcialmente. Por un lado, el PP podrá aumentar en votos, pero el bloque de derechas podría bajar, porque a los verdaderos centristas les espanta dar un gobierno a una coalición con Vox como integrante.

Yo al PP le pediría que se quitara los complejos, que combata la supuesta superioridad de la izquierda, y que sea valiente en cuestiones de regeneración política: fuera chiringuitos y su pléyade de asesores, muchos de ellos sin cualificación adecuada. Y algo fundamental, que hagan una reforma electoral cuando esté en sus manos, para tener un Congreso más proporcional, pero no lo harán porque son los dos primeros partidos nacionales los que más se benefician de esta ley electoral tan injusta. Los nacionalistas (sobre todo los vascos) son los segundos más beneficiados, pero ahora PSOE y PP se benefician mucho más, y quedan muy perjudicados partidos como Vox, Sumar, Pacma…

Una ley electoral más proporcional es más justa, y es por eso por lo que debe hacerse. No se puede hacer en función de a quien perjudica o beneficia sino porque es justa.

Todos los partidos mantienen los chiringuitos…

Sí, porque si algún líder se atreviera a recortarlos sería mal visto en su partido, ya que de los chiringuitos vive mucha gente inútil del partido.

«Lo que me deja pasmado es que el PP con el dinero de todos los malagueños esté fichando a tránsfugas»

Gente inútil. ¿Así de contundente se atreve a ser?

No digo que todos los asesores sean inútiles ni mucho menos, pero sí bastantes. Ya demás no se necesitan tantos (sobre todo si presuponemos que los políticos tienen nivel). Cuando yo llegué a la Diputación de Málaga exigí que de 36 asesores se pasara a 16. Además bajé el sueldo a todos los que cobraban más que el presidente de la Diputación. Y además había incluido una bajada del 7% el sueldo de los diputados. En 2018, preparando el ‘programa’ de Ciudadanos, como ya conocía mejor a la institución, sugerí bajar los asesores a 7. Pero me fui en marzo de 2019. En la siguiente corporación PP y Ciudadanos suben a 36 el número de asesores y todos los partidos pactan una subida de sueldo del 20%.

Lo que me deja pasmado es que el PP con el dinero de todos los malagueños esté fichando a tránsfugas de Ciudadanos como asesores.

«Qué no sabrán Cassá y De Miguel sobre el PP para que les sigan comprando»

¿Se refiere a dirigentes de Ciudadanos que se han pasado al PP?

No. Me refiero a dos o tres casos muy concretos en la provincia de Málaga, pero muy llamativos. Juan Cassá abandonó Cs en 2020 y se quedó con el acta. Como de él dependen los gobiernos de Diputación y Ayuntamiento de Málaga, lo compraron pagándole más que al presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Pero lo peor es que llega 2023 y después de las elecciones del 23-J (para no espantar voto, lo fichan en Diputación para director de Nuevas Tecnologías. A un tipo que no sé si quiera si tiene el COU terminado. Esconder su cv fue uno de sus artes cuando fuimos compañeros en el grupo municipal.

Por si fuera poco, en el paquete se incluye a Íñigo Vallejo, que va de periodista pero que al menos cuando empezó de escudero de Cassá, no tenía la carrera de Periodismo terminada. Y como debajo de Cassá todos tienen que ser funcionarios, el PP lo ficha como asesor del PP. Una desvergüenza. El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, calificó al tránsfuga con mucho acierto de corsario de la política.

Y la alcaldesa de Torremolinos, Margarita del Cid, ficha de asesor a Nicolás de Miguel. Éste estuvo en Ezker Batua, pasó a UPyD y luego a Ciudadanos. Este celador en su currículo sólo refleja que es funcionario (otro con ‘habilidad curricular’). Al poco tiempo de salir concejal de Cs en 2019 abandona el partido y apoya al alcalde socialista. Años más tarde pasa a apoyar una moción de censura a favor del PP. Y ahora lo fichan de asesor.

A un ciudadano de a pie, como soy yo desde hace cuatro años, sólo se le ocurre pensar qué no sabrán del PP para que les sigan comprando.

Parece entonces que sus críticas a Vox no están hechas para favorecer al PP…

En absoluto. Acabo de decir lo que pienso de ese partido. Comprendo que se le vea como la única esperanza frente a Sánchez. Yo he tenido también esas tentaciones, pero ya no me gusta apoyar si quiera al presunto menos malo. O me parece alguno bueno, o voto en blanco.

Me hace gracia que en las redes hasta me han llamado comunista por sacar este libro Esto no me pasaba desde que defendía los derechos humanos en Guatemala hace 20 años. Otros crearán que lo hago para defender al PP y concentrar el voto de centro-derecha. A mí me gustaría que hubiese una formación decente que concentrara el voto desde el centro-izquierda al centro-derecha, y que fuera regenerador y valiente. En esa ecuación el PP no tendría sitio, otra cosa serían los votantes del PP… y buena parte de los del PSOE.

¿Es un libro tal vez en el que se saca su lado más izquierdista?

Tampoco. Me defino como transversal, como moderado radical, y por ello coincido con derecha e izquierda según qué temas. Aunque lo fundamental no responde a esos parámetros, que es la regeneración política. Pero creo que es difícil en un libro de crítica a Vox, aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid y criticar a la izquierda, y yo lo cosnigo.

¿Quizá ha escrito este libro desde la perspectiva de Nexo, el nuevo proyecto de Edmundo Bal y Francisco Igea?

Tampoco. El libro se envió a imprenta a mediados de agosto. Yo conocí a Edmundo Bal un mes después. Aunque no escondo mis simpatías por este proyecto que de momento es embrionario. De hecho la sintonía entre nosotros es tal que me presentará el libro en Madrid. Y a Paco Igea le hubiera votado en las primarias cuando se presentó, si yo hubiese seguido en Cs. De hecho, ya estando yo fuera del partido acudí a la presentación de su candidatura que hizo en Málaga, en La Térmica

Y en Málaga se lo presenta el catedrático Ángel Valencia.

Sí. En mi ciudad de acogida y donde he ejercido como político no he querido que me lo presente ningún político, aunque me gustaría que acudieran como público. He querido que fuese alguien con categoría intelectual y apartidista, y qué mejor que un catedrático de Ciencia Política de la UMA. Además fue mi profesor de Teoría del Estado en mi primer año de carrera y le guardo un cariño especial. En su asignatura hice un trabajo voluntario sobre grupos ultras, y se puede decir que es la semilla de la primera parte del libro, donde advierto de cómo son los partidos que suministran candidatos a Vox.

GONZALO SICHAR
GONZALO SICHAR
Gonzalo Sichar es doctor en Antropología Social y licenciado en Económicas. Profesor de Antropología en la UNED. Es autor entre otros libros de ‘Las siglas de la democracia. Diccionario de organizaciones políticas españolas’

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