El espectáculo que están dando estos pájaros bien merece que se le dediquen algunas palabras, aunque lo nuestro sea hablar de Andalucía; de Madrid ya hablan otros. Considero, no obstante, que lo que está ocurriendo en la campaña madrileña es la antesala de lo que va a seguir ocurriendo en el resto de “virreinos” de España por obra y gracia de la estultez de los acomodados inútiles que pueblan palacetes y villas de lujo a costa de la ignorancia adquirida y el rencor inyectado en continuas dosis a los habitantes de un país más pendiente de la hija de Rocío Jurado que de guardar la distancia de seguridad. Y esos votan.
Es abominable, preocupante y vergonzoso que se amenace a persona alguna, pública o privada, famosa o desconocida, de izquierdas o de derechas…¿o me equivoco en esto último…?.
Si bien es cierto que podemos presumir de una transición sin demasiados problemas, también lo es que la España transitoria fue una época bastante más convulsa de lo que nos han querido transmitir los voceros o los bocazas, depende de como se mire.
Pero, si es cierto que amenazar es algo inaceptable, es igual de inaceptable que cuando se amenaza o agrede a la derecha parezca que esté justificado, o lo que es peor, lo justifiquen. Parecía que podíamos superar “el rencor de viejas deudas” que cantaba Jarcha, pero es imposible superar deudas mientras alimentamos rencores.
Sin embargo, en el famoso debate de la SER (que bien le vino esta publicidad a una cadena que no puede con “las otras”) todo el mundo ha disparado contra Monasterio, e incluso da la impresión que acusan directamente a Abascal del envío de los sobres. ¿Nadie se ha dado cuenta del esperpéntico ridículo de Angels Barceló? Se revuelve contra Monasterio como un animal herido, tomando parte en un debate en el que se supone era moderadora. Se le vio el plumero desde Navalcarnero. Y luego lloriquea ante el instigador de la violencia callejera rogándole que no se marche; ¿temes perder las subvenciones y el trato de favor?¿o es que eres tan venenosa como él?¿o las dos cosas?.
No debemos admitir que en estos tiempos nuestra vida política parezca más una novela de Poirot que una gestión seria y calculada. Nos sorprende una pandemia y tardamos en reaccionar, los detectores de los ministerios no funcionan, y a estas alturas volvemos a oír el “no pasarán”, esa obsoleta y fallida profecía de La Pasionaria, y las consignas que estos descendientes (que no han vivido para nada aquellos tiempos) de los radicales de izquierdas, y estos si que lo eran, cuando emborronaron de sangre algunas páginas de nuestra historia. Después llegó la guerra.
No se le prestó tanta atención a las cartas que recibieron hace veinte años Luis del Olmo o Carlos Herrera, no se le pusieran a los señores y señoras ministros y ministras las venas como a la Patiño. ¿No recuerdan estos indignados prepotentes que a Miguel Ángel Blanco, Ernest Lluch, Ordoñez, y un sinfín de políticos, guardias civiles, policías y ciudadanos han recibido las balas en la cabeza, no en un sobre?¿ y que esas balas las dispararon algunos a los que abrazáis o con quién pactáis para seguir en el poder a costa de lo sea, insensatos?.
La democracia no es lo que piensa Angels Barceló ni Ferreras, es lo que recoge la Constitución Española y que protege a los españoles, como diría el capataz de una cofradía de Semana Santa “todos por igual”.
Con esto no quiero defender a Vox, quiero condenar a los que se pasan por el forro la democracia para apedrear, despotricar o abandonar las tertulias cuando se te ponen en contra, Eso es propio de cobardes, no de demócratas.
Y por cierto Pablo, es cierto que somos muchos los españoles que estamos deseando de que te vayas de una puñetera vez.
Miguel Ángel Sesarino