El peligro de perder lo que se fue

Entorno específico, gestos…y palabras (letras que se articulan entre sí con una lógica
excepcional), forman un contexto determinado. El entorno (ambiente – gestos, entonación, habitáculo- y las palabras insertas en el mismo) componen el significado exacto de lo que se quiere transmitir. Se dice, que esas palabras que tan sabiamente son combinadas y entonadas y según demande el instante en que se pronuncien, pierden su pleno significado si se extraen de su foco original, de donde han emanado. Es decir, si desaparecen los elementos que las han acompañado.
¿Y si desaparecen esas letras? ¿desaparecerían los “entornos” (resto del contexto)
en que se han producido y por tanto todo el avance neurológico de una civilización, tal vez incluso, milenaria?
Si se pierden las letras se pierde lo que se fue.

Se dice que: “Quien olvida su historia, está condenado a repetirla”. Por tanto, quien
olvida el lenguaje originado en el fluir de la historia, brotado y enriquecido paso a paso por sus gentes y conformando una cultura, está condenado a enmudecer y a ser vasallo de otras culturas paralelas conscientes de su lengua y sabedores de su prometedor poderío y que configurarían el nuevo entorno con el correspondiente peligro que, a todos los niveles, eso conllevaría.
La RAE es mucho más, galácticamente más que una sigla. No solo es una institución
dedicada a la regularización lingüística entre el mundo hispanohablante. Es la cultura que dan las vivencias, es coraje y sensatez, es tiempo pasado y espacio al futuro; es orgullo imperial y lamento de poeta…es, supervivencia.

Encarnación Martínez Galindo

Encarnación Martínez Galindo
Encarnación Martínez Galindo
Profesora de Lengua y Literatura con mas de 30 años de experiencia.

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