Hacía tiempo que no hablaba de uno de mis favoritísimos, del pequeño de los Sánchez Dalton, del inefable e insuperable Rodrigo Sánchez Haro. Es más, pensaba yo que pasaría bastante tiempo sin que tuviera que hablar de él, metido como está en una lucha a muerte por la supervivencia política.
Lo diré de otra manera: los Sánchez Dalton, como el resto del susanismo en peligro de extinción, se ven perdiendo 5-0 en el tiempo de descuento, colocando diez delanteros en el área rival y con el portero poniendo centros de cabeza, en algo más que una táctica a la desesperada por convencer a Pedro I El Falso de que lo que dijeron cuando se presentó a la secretaría general era broma y de que no es tan buena idea cortarles las uñas de los pies a la altura del corvejón.
El caso es que, cuando todo parecía indicar que Sánchez Haro se había metido en alguna tinaja de su talla y había escondido ésta al fondo de alguna lúgubre cueva, ayer volvió a la palestra, segura y sencillamente porque la cabra tira al monte. Y reapareció para decir que el pacto, que por cierto, todavía no se ha alcanzado, para aprobar los presupuestos de la Junta de Andalucía, va a suponer que PP y Ciudadanos obedecen al chantaje de Vox para poner en práctica políticas de extrema derecha.
Esto es parecido a lo de que el PP iba a destrozar la sanidad andaluza para luego privatizarla, dicho esto por quienes habían batido todos los récords de precariedad infraestructural y profesional de dicho sector en la comunidad, que poco a poco se van deshaciendo en favor de los sanitarios y de los pacientes.
Pues bien, el pequeño de los Sánchez Dalton no fue capaz ayer de citar ni una sola medida de extrema derecha que se vaya a poner en práctica en Andalucía si es que se llegan a aprobar los presupuestos. ¿Y sabéis por qué? Pues principalmente porque la extrema derecha en España no existe; no existe desde hace ya muchas décadas.
En todo caso, lo que sí existe es la extrema izquierda, que es la que ha pactado en el gobierno con su partido, el PSOE, abducido ya en extrema izquierda propiamente dicha; y la izquierda terrorista, que es la del partido que se ha colocado el primero de la fila para apoyar los presupuestos del gobierno socialista en Madrid, tras haber llegado a un pacto de legislatura con sus socios comunistas.
De las majaderías ésas de la extrema derecha sí, pero de que su partido haya admitido como socio de legislatura y haya negociado y pactado con el partido que hasta no hace muchos años asesinaba a españoles, incluyendo a socialistas, de eso no se ha acordado de decir nada Sánchez Haro, que sigue siendo campeón del mundo de la poca vergüenza. En fin… en algo tenía que ser bueno.