El comité de expertos de Sánchez e Iglesias es otro adorno navideño

No existe, y no saben como armar la enésima mentira. Hemos perdido ya la cuenta del número de veces que se ha puesto en horario prime time en su particular ‘Aló Presidente’, para desarrollar -con cara de niño de coro parroquiano- mítines insustanciales, vacíos de contenido y cargados de ideología y mentiras al peso.

Ningún gobierno en un Estado cabal, puede aseverar airosamente que ‘están aprendiendo sobre la marcha’, cargar con 70.000 muertos, y no pasar nada. Elude responsabilidades constantemente, justifica medidas de trasfondo ideológico para presentarnos una ‘nueva normalidad’: oxímoron que entraña cambiar tu forma de ver la vida derivándola hacia un interés meramente manipulador.

En cualquier caso, más allá del constante y obsceno intento del presidente del ‘gobierno de la vergüenza’ por lavar su imagen frente al drama que ya experimentan miles de familias, lo grave es que miente compulsivamente al conjunto de los españoles sobre la realidad de la crisis del coronavirus.

Hemos aplicado la estrategia de la OMS

No es cierto. España no siguió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para combatir el coronavirus. El Gobierno, de hecho, no empezó a actuar hasta el 9 de marzo, un día después de las manifestaciones feministas del 8M, cuando el contagio ya había alcanzado cotas muy peligrosas.

Prueba de ello es que la OMS declaró la alerta sanitaria internacional el 30 de enero, elevando el tono a amenaza ‘muy grave’ el 11 de febrero y a “muy alta” el 28, antes de decretar oficialmente la ‘pandemia’ a nivel mundial el día 11 de marzo.

Cada una de estas declaraciones debería haber conllevado la puesta en marcha de medidas drásticas por parte de los diferentes países afectados, entre ellos España, pero aquí el Gobierno optó por mirar hacia otro lado.

El 31 de enero, Fernando Simón, el portavoz del Ejecutivo para esta crisis, afirmó que “España no va a tener más allá de algún caso diagnosticado”, mientras que el 23 de febrero se atrevía a decir que “en España ni hay virus ni se está transmitiendo la enfermedad”.

Mintió descaradamente y 70.000 muertos después, continúa en el mismo cargo: nadie dimite ni lo hace dimitir.

Asimismo, a pesar de que la OMS, a finales de febrero, y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, el 2 de marzo, recomendaban encarecidamente activar los planes de contingencia contra las pandemias, incluyendo el cierre de colegios y la prohibición de aglomeraciones para evitar la propagación del virus, España, una vez más, hacía caso omiso.

Para la posteridad quedará esta frase de Simón: “Si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8M le diré que haga lo que quiera”. Y, dicho y hecho, la izquierda en el poder pudo celebrar su particular aquelarre feminista.

‘Vamos por delante en medidas de confinamiento’

El presidente Pedro Sánchez también insiste en que España aplicó la cuarentena más estricta de Europa y que sería suficiente para frenar la infección, descartando así la adopción de medidas más drásticas como las decretadas en China.

No es cierto. España no impuso un confinamiento estricto, con el consiguiente cierre de toda la actividad económica, salvo alimentación y farmacia, y la prohibición del transporte y desplazamientos de todo tipo.

Además, un grupo de 70 expertos sanitarios solicitaron al Gobierno que se endureciera la cuarentena en las zonas más afectadas del país para frenar la expansión de la enfermedad, debido al riesgo real de colapso sanitario. Su petición fue desoída.

Y ello sin contar que China cerró el 23 de enero a cal y canto la provincia de Wuhan, el epicentro del brote, con apenas 571 casos confirmados y aquí, sin embargo, el estado de alerta se decretó el sábado 14 de marzo con más de 6.300 casos contabilizados y cerca de 200 muertos.

Por qué se oculta a los expertos que deciden la desescalada?

‘Hemos hecho 350.000 test’

No es cierto. Mintieron. Ni España hizo 350.000 test a posibles infectados ni, mucho menos, “hemos hecho más que ningún país del mundo”, como vendió el presidente durante su comparecencia, aunque ahora no nos acordemos ni el mal llamado Ministerio de la Verdad lo cuente.

Más bien lo contrario, ya que, hasta hace apenas unos días, la versión oficial que mantenía el Gobierno es que no era necesario realizar test masivos, ni siquiera a todos los que presentaban síntomas. La realidad, por tanto, es muy diferente. España estuvo siempre a la cola en esta materia.

‘Mascarillas para todo el mundo’

“Tenemos que proveer a la ciudadanía de forma masiva de este tipo de material”, anunció Sánchez en referencia a la necesidad de mascarillas. Aquí el presidente sí dijo la verdad. El único problema es que el Gobierno o mintió antes o miente ahora, ya que esto es lo que indicaba Sanidad al respecto.

‘Sabemos cosas del virus que antes no sabíamos’

Ya sabemos cosas del virus que antes no sabíamos. Por ejemplo, que hay personas en las que resulta asintomático y, sin embargo, pueden propagarlo”, explicó Sánchez, o que, a diferencia de lo que se venía diciendo durante muchas semanas, el coronavirus es mucho más contagioso y letal que la gripe común. Pero tampoco es cierto, ya que eso se sabe desde hace mucho tiempo.

China lo advirtió casi desde el principio, a finales de enero. Y esa es la razón por la que muchos países adoptaron medidas de inmediato, como el cierre de fronteras y el control exhaustivo de los pasajeros procedentes de las zonas de riesgo. ¿Qué hizo España durante todo este tiempo? Nada.

Las mentiras y la incompetencia de este Gobierno saldrán muy caras a todos los españoles. Miles de parados, colas del hambre, concesiones a quienes quieren destruir un país, su unidad y hasta su buen ambiente. Repartiendo etiquetas para enfrentarnos -como antaño- con nuestros propios vecinos. Animándonos a señalar con el dedo a quien ellos creen que sobran, a modo de holocausto cultural y social.

Este gobierno no tiene comité de expertos, porque no lo son ni uno de los veintidós ministerios, en el que filósofos hacen de médicos y deportistas de analistas, cajeras de supermercado dictan leyes y supuestos defensores de la ley, libran de la cárcel a asesinos, herederos de ETA. El gobierno de las ministras que no diferencian siquiera la bandera de Italia de la de México en plena cumbre Sánchez-Conte.

Esta es la España que agota su último mes de 2020, como apocalíptico anuncio de 2021. Ya brindamos por que se marche este aciago año, sin tener muy claro que el que viene sea mejor. El hambre, el paro, la pobreza y la pillería aguardan su turno mientras los ‘del comité de expertos fantasma’ cargan jamón en Moncloa a costa de nuestros impuestos, y la sociedad se enreda en la herencia de la Pantoja. Pan y Circo. Y nadie que reaccione antes de que sea demasiado tarde.

Y acomplejamos hasta nuestra propia bandera. Porque la tendencia es avergonzarse de ella, símbolo de nuestra tierra.

Ya lo avisaron muchos venezolanos que huyeron de su país buscando en el nuestro cobijo y futuro: ‘No dejen que España se parezca a Venezuela’. Pero los creímos exagerados, y así nos vemos.

El comité de expertos en desescalada "no existe" | Salud

En manos de un grupo de ruines, detractores de la Democracia que nos dimos, traidores a la Corona y la Unidad de España, amenaza de la Justicia, capaces de absolutamente todo para consumar su hoja de ruta y perpetuarse en el poder.

Y España no hace nada. Porque ahora ‘el pastor’ promete una vacuna a sus borregos. 70.000 muertos y cientos de mentiras después: España no hace nada. Y así nos va.

El comité de expertos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias nunca existió. Es un adorno navideño más, que cuando pase el último rey mago -si es que lo dejan seguir siendo rey-, volverá a la caja de las ‘expertas mentiras’, a coger polvo en el altillo del garaje de la traición.

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