Canal Sur sigue lejos de la realidad

Los sindicatos de la RTVA siguen más pendientes de un aumento de sus sueldos que de una realidad que da zarpazos a la profesión a pocos metros de su puerta de privilegios. Sigue estando ‘en negro’, aunque emita imágenes y sonidos.

El periodismo atraviesa desde hace décadas una decadencia que acorrala a sus cientos de profesionales, muchos de ellos galardonados, que no encuentran acomodo en los medios andaluces: mermados, amenazados por cierres o directamente lapidados. El periodismo es muy romántico pero poco rentable. Es la médica vocación de estar a cada urgencia. El periodismo no se ejerce desde el sofá ni la legaña. Es necesario, útil, ágil, responsable, crítico y curioso. No es deriva.

La Agrupación de Trabajadores de Canal Sur, junto con UGT y el SPA, aunque con la abstención de CCOO (que siempre se envuelve en el imposible) firmaba y celebraban vía mail a sus adeptos, la subida salarial lineal del 0,9%, aprobada por los sindicatos y gobierno central para los trabajadores públicos. Una subida, que no se aplicará a los directivos, y que será efectiva en la nómina de enero.

¡Más dinero! Por poco que parezca, es el fondo, no la forma. Es lo que realmente parece importar a los que se enredan con la bandera del servicio público, aunque mandan ‘a negro’, redundante paradoja, su canal principal los días de más consumo televisivo, en plena pandemia sanitaria y justo cuando Vox pone sobre la mesa el debate de si es o no útil un ente de semejante tamaño laboral y económico: ejemplar estrategia kamikaze. Parece que quisieran contribuir a la precipitación al vacío acortando los plazos. ¿Y si les diera un día por proponer eficiencia en vez de paro?

Los ‘liberados de todo’, hasta de trabajar siquiera por compañerismo, (en confinamiento no tuvieron la valentía de abandonar temporalmente su cargo y ayudar a sus compañeros), continúan alejados de la palpable realidad. Los periodistas de cualquier medio, menos Canal Sur claro, realizan cada día varias piezas informativas, varios directos, presentan y graban, montan y locutan, y se desenvuelven con total naturalidad por entre los diferentes formatos, del informativo al programa de entretenimiento sin lamento ni publicidad sindical. La realidad es bastante testaruda. No es explotación, es la ley de la oferta y la demanda. Los tiempos han cambiado, un redactor no puede estar solo para locutar una crónica de treinta segundos y ya.

Les hace falta calle a los periodistas de hoy en día?

La digitalización de todo ha precipitado los tiempos y las formas. El redactor debe ser capaz de realizar varias piezas informativas con agilidad. De ajustarse a cualquier formato. Y luego exigir, claro que si, un justo precio a su trabajo. Es compatible.

He visto a periodistas andaluces de LaSexta, Antena3, Tele5 o 7Tv realizar el mismo día media decena de directos en varias localizaciones separadas por decenas de kilómetros y hacerlo con perfecta profesionalidad y aplaudible concentración. Bien plantados y bien informados. Motivados y conscientes de los tiempos que corren.

Muchos buenos profesionales (mujeres y hombres) de la comunicación, jóvenes y veteranos, están en la más seca cuneta del paro, buscando cualquier mínima oportunidad, mientras otros deambulan por los pasillos de los centros territoriales de Canal Sur entre la queja y el bostezo.

En Canal Sur no levantarán su fama mientras sigan en su particular batalla de conseguir más privilegios, más pluses, más comodidades, a costa de un esfuerzo que amenaza el cierre de una radio y televisión andaluza que cuesta ciento cuarenta millones de euros cada año a las mermadas arcas andaluzas. Mírense al menos en los todoterrenos redactores de Andalucía Directo. Que los tienen dentro. Sufridos y capaces de sembrar diversión ‘tirándose en lianas’ al más estilo tarzán, meterse entre fogones emulando la maña de los arquitectos de Arzac, y media hora más tarde dar una luctuosa noticia con el rigor y la seriedad que exige la información. Ellos mantienen su audiencia y siguen siendo referente decenas de años después. Entretienen e informan. Y han entendido perfectamente el mensaje que manda la audiencia de este siglo, adecuando códigos, contenidos y formas de comunicar.

Concurso gastronómico reporteros Andalucía Directo (18/10/19). Restaurante  Campos de Toro. Córdoba. - YouTube

El periodismo huele a naftalina en algunos programas de la tele de Susana Díaz, o de Bendodo, la misma pena es. Huele a lo de siempre: manipulación y juguete político. Y aunque solo por esto, puede llegarse a entenderse el hartazgo de los profesionales, aunque antes callaban y ahora no pasan una. Cuestión de ideología dicen otros.

Canal Sur ya no es cuestión de dinero, sino de actitud. Canal Sur habría que refundarla, con nuevo personal y nuevos horizontes, y sin liberados. Otro tamaño, otra inercia, otra estrategia de crecimiento, otra fórmula de financiación. Mellado no es creíble, tiene ya las manos empapadas del ‘chapapote sindical’. Y mira que nos sonaba bien su dirección y su intención tras el anuncio en sede parlamentaria a quienes sabíamos de su perfil. Entre él y su predecesor Durán, existe sin embargo un mundo en todo. El primero trabaja.

Andalucía ha crecido y ya no quiere más canciones de cuna que la duerman. Esta tierra, que presume de acento pero no es capaz de sacudirse sus complejos y etiquetas de patillas de ‘tapa de queso’, pide un medio útil, veraz, transparente, eficiente, objetivo, en manos de periodistas, y no de emisarios políticos y panfletarios sindicalistas de un lado o de otro. No es tan complejo de entender.

Mientras esto no cambie, Canal Sur seguirá alejada de la realidad.

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