Adriana, Indalecio… Nos quieren colectivizar y no hacemos nada

En ocasiones, me preguntan por qué tengo un apostura tan contraria al gobierno social-comunista y a los partidos que lo sostienen y por qué soy tan públicamente beligerante, por qué me manifiesto con tanta claridad, alguno incluso me tilda de valiente.

La respuesta es muy sencilla: este gobierno tiene muy poco de socialista, nada de social y mucho de comunista; y su indisimulado objetivo es transformar radicalmente el mundo en el que vivimos, ése que, con sus grandísimo margen de mejora, está basado en la igualdad de oportunidades y en la capacidad de prosperar en función del esfuerzo y del trabajo.

Y no estoy hablando del Coletavirus y de su esposa cajera/ministra, ni de la pandilla de chupópteros y gandules que los acompañan en la mesa presidencial de su partido. No. En ellos el mal es patente, se ve venir. Hablo del PSOE, pero de todo el PSOE. Porque el gran peligro de Pedro I el Falso es que ha logrado inocular el virus de la manipulación, de la mentira, de la maldad y de la trampa a todo el partido, de arriba abajo, provocando que todos, digamos prácticamente todos sus integrantes, por ser buenos, se han enfrascado en la tarea de desmontar ese estado de la superación y la meritocracia para implantar otro basado en la colectivización y la ausencia de méritos para prosperar.

Como ejemplo, dos peones del socialismo provincial elevados a representantes públicos que, por tanto, son incapaces de esconder su congénita incapacidad. Esta semana, Indalecio Gutiérrez Salinas, ‘Sobalecio’ así conocido por su fruición a la hora de pelotear a sus jefes, en su afán de defender al gobierno hasta en lo que nadie está de acuerdo, en este caso las modificaciones que el ejecutivo se ha sacado de la manga para aplicar la Política Agraria Común y sus ayudas económicas en España, ha afirmado sin apenas despeinarse que “todos los agricultores deben percibir las mismas ayudas, independientemente de la superficie de cultivo que tengan”.

Es decir, que un tipo o una sociedad con una finca de 20 hectáreas, que además tiene un almacén de confección en su interior y que da trabajo, qué se yo, a 15 personas, ha de recibir las mismas ayudas que un tipo que ha plantado un bancal de patatas detrás de su casa. Insisto, es la filosofía de la colectivización, del comunismo más puro disfrazado de políticas sociales.

Adriana Valverde, portavoz en el Ayuntamiento de Almería, que ha propugnado que el consistorio se dedique a alquilar las viviendas sociales que construya a partir de ahora; es decir, que se conforme un nuevo chiringuito pagado por todos que se dedique a hacerle la competencia a las empresas de alquiler y al sector inmobiliario.

Sigamos sin hacer caso a las señales de alarma, sigamos sin poner coto a estas políticas comunistas disfrazadas de socialismo. Es una buena receta: justo la que llevó a los rusos a décadas de soviets y a los venezolanos a estar donde ahora están

Victor Hernández Bru
Victor Hernández Bru
licenciado en Ciencias de la Información y posee suficiencia investigadora por la Universidad Complutense, doctor en Humanidades (Historia) y máster en Comunicación Social por la Universidad de Almería y máster en Administración y Dirección de Empresas por ESIC. Ha dirigido diversas empresas de comunicación como socio-director, como Presssport Comunicación e Imagen y Estudionet Márketing On Line; trabajado en prensa escrita para Ideal (23 años), es responsable de comunicación de importantes empresas de diferentes sectores, como Grupo Agroponiente, Jarquil, Segusán Seguros y dirige las emisoras esRadioAlmería.com y RadioMarcaAlmería.com. Ha publicado su tesis doctoral, Historia de la Prensa de Almería, y la novela Diario de un Maltratador, además de diversos artículos especialmente enfocados sobre la historia del tiempo presente en España.

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