“No podemos quedarnos en el concepto de seguir mandando a los camiones a recoger la basura, tenemos que evolucionar hacia el internet de la regida de residuos que representa la neumática”

Carlos Bernad, presidente de Envac Iberia, la empresa que promueve una recogida de residuos sostenible en las ciudades.

España es el segundo país de Europa, solo por detrás de Suecia, con el mayor parque sostenible de gestión de residuos. En concreto, el sistema neumático de recogida está presente en 28 ciudades españolas, que albergan en total más de 60 instalaciones. Se trata de una innovación tecnológica que se debe a la empresa sueca Envac AB y que cumple ahora 60 años. Se da la circunstancia, además, de que el primer sistema instalado en España, concretamente en Cartagena, cumple con éste sus 30 primeros años de operación ininterrumpida. El presidente de Envac Iberia, Carlos Bernad, explica en esta entrevista las características de esta tecnología y las importantes ventajas que aporta al bienestar y la calidad de vida en las ciudades.

Pregunta: ¿En qué consiste esta tecnología, que es considerada como disruptiva en el ámbito urbanístico?

Carlos Bernad: En efecto, es una tecnología disruptiva en el sentido en que sustituye completamente el concepto de recogida tradicional con camiones y contenedores, que es lo que conocemos en general. El sistema neumático se compone, de forma resumida, de tres elementos fundamentales: una serie de compuertas de vertido, que pueden estar dentro de los edificios, o de buzones en la vía pública. Un segundo elemento es una red de tuberías que discurre subterráneamente e interconecta todos los puntos de vertidos, y por donde la basura circula a una velocidad aproximada de 70 km/h, utilizando una corriente de aire. Y un tercer elemento es la central de recogida, donde viene a parar la basura y queda herméticamente almacenada hasta su destino final, ya sea una planta de tratamiento o incineradora.

P: ¿De esas 28 ciudades que disponen de sistemas neumáticos, cuántas son andaluzas?

CB: El mayor grado de implementación está en Sevilla. En esta ciudad hay varias instalaciones nuestras funcionando desde hace más de 15 años. También las tenemos en la ciudad de Mairena y en Almería, en el Tollo. Y hay alguna más en construcción en Córdoba.

P: Hemos visto que el sistema se adapta también a los hospitales. ¿Qué ventajas aporta a estos grandes espacios?

CB: El concepto es el mismo. El sistema se puede instalar en hospitales, aeropuertos, centros comerciales y en otros enclaves públicos, como estadios. Pero en los hospitales aporta una efectividad y un grado de desarrollo muy interesantes y especialmente en los tiempos que corren. El sistema neumático evita el tránsito de residuos en los pasillos y ascensores. El residuo y la ropa sucia se trasladan a través de una red de tuberías a un punto determinado del hospital, y después un camión se los lleva para su tratamiento. En estos momentos, acabamos de desarrollar y de firmar el primer contrato en un hospital en Francia, en Reims, para recoger, transportar y tratar el residuo clínico; es decir, agujas, gasas, etc., que requieren de un tratamiento específico dentro del hospital.

P: Volviendo al tema de las ciudades, unos sistemas de esta envergadura, que requieren de obra civil, ¿sólo estarán al alcance de acometerlos los ayuntamientos?

CB: Evidentemente, si se compara con la recogida tradicional, son inversiones considerables, sobre todo cuando se instalan en zonas consolidadas de la ciudad, lo que requiere intervenir en el pavimento para instalar la red de tuberías. Sin embargo, cuando hablamos de nuevos desarrollos, intentamos que nuestros sistemas se conciban como una infraestructura básica más, como el abastecimiento de agua, el alcantarillado o el gas. De esta forma, en un nuevo desarrollo residencial, esta infraestructura se acomete como el resto de servicios básicos de las ciudades, y es mucho más fácil de ejecutar. Lo que sí es cierto respecto de la inversión, es que hablamos de instalaciones de larga durabilidad, que van a estar siempre operativas.

P: ¿Qué percepción tienen los vecinos del sistema?

CB: Afortunadamente para nosotros, los usuarios que utilizan esta tecnología ya no quieren volver al sistema tradicional. Es verdad que nuestro grado de penetración todavía es escaso, porque el porcentaje de basura que se sigue recogiendo con camiones es notable con respecto a nosotros. Sin embargo, los usuarios finales valoran con un 8 sobre 10 su grado de satisfacción respecto de esta tecnología. Es muy frecuente, además, que haya ciudades que repitan. Por ejemplo, en la ciudad de Barcelona hay 9 instalaciones, y en la Comunidad de Madrid ciudades como Majadahonda dispone de 5, que atienden al 75% de la población.

P: Con este sistema desaparecen camiones, malos olores, contaminación, y se pierde todo contacto visual o físico con la basura…

CB: En efecto, gran parte de esos inconvenientes se eliminan. Una vez que el ciudadano introduce la basura en el sistema, ya nadie vuelve a tener contacto manual ni visual con ella, lo que aporta ventajas también desde el punto de vista higiénico y laboral. Se evitan los accidentes con los camiones y desaparece el tráfico pesado que generan. Desde el punto de vista del usuario, es un sistema altamente robusto. Cuando tuvimos el episodio de Filomena, nuestras instalaciones de transporte neumático siguieron funcionando a pleno rendimiento pese a las condiciones climáticas adversas.

P: Toda la corriente de innovación de la que hablamos hoy, como la gestión masiva de datos, la inteligencia artificial o la automatización, ¿tienen cabida en los sistemas neumáticos? ¿De qué manera y cómo se beneficia el ciudadano de ello?

Estamos incorporando módulos de inteligencia artificial al sistema de control del sistema. Al final, es una computadora la que gobierna las frecuencias y los momentos en los que el sistema debe actuar. Lo que hemos hecho ha sido dotar al sistema de inteligencia propia; es decir, él mismo se autogestione en función de las necesidades y de una serie de parámetros relacionados con el comportamiento de los usuarios. Hoy en día tenemos también tecnología para medir o pesar la basura que el usuario ha introducido en la propia compuerta. Podemos incluso facturar por uso. En España no está aún desarrollada esta funcionalidad a nivel municipal, pero tecnológicamente es posible. Podemos incluso valorar las ratios de reciclado. Hay muchísima información que podemos utilizar y que podemos reportar a los ayuntamientos para una mejor gestión.

P: Una cuestión clave para gobiernos, empresas y ciudadanos para este primer cuarto de siglo es el término ODS, que son las siglas de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que impulsa la ONU para hacer del mundo un lugar más habitable. ¿De qué manera participa ENVAC y su filosofía de este propósito?

CB: En efecto, son 17 los ODS, y nuestra tecnología se integra muy bien con al menos 8 de ellos. Contribuimos a la reducción de emisiones de CO2, a la digitalización de la sociedad, a la reducción de consumos…De hecho, la única fuente de energía que utilizamos es la electricidad. En este sentido, estamos orgullosos de que nuestra tecnología se alinee con gran parte de los objetivos.

P: Precisamente ese plan de recuperación y resiliencia que se nutre los fondos europeos contempla entre sus prioridades la transformación digital y la sostenibilidad. ¿Cree que puede ser esta una gran oportunidad para que muchos de nuestros ayuntamientos apuesten por esta tecnología limpia que facilita además el reciclaje de los residuos?

CB: Creo que hay una oportunidad clara. Somos una infraestructura que necesita de una voluntad municipal, incluso cuando la carga de la inversión la afronta el promotor urbanizador. A las corporaciones les corresponde decir si les gustaría contar con el sistema de recogida neumática en vez del tradicional. En este sentido, el acceso a los fondos europeos casa bien con el sistema que propugna la recogida neumática.

P: ¿Estamos entonces ante un futuro prometedor para la recogida neumática?

CB: Desde mi punto de vista, los fenómenos que se están produciendo actualmente en la sociedad, como la digitalización, la sostenibilidad o la resiliencia van a tener un impacto muy importante en años venideros. Por ejemplo, en un país como Noruega el 50% de la flota de vehículos es eléctrica. Nosotros no podemos quedarnos en el concepto de seguir mandando a los camiones a recoger la basura. Tenemos que evolucionar hacia el internet de la recogida de residuos que es esta tecnología. Estoy convencido de que en los próximos años vamos a vivir un boom en este sentido, igual que en otros muchos campos, muy profundo.

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