Equilibrio

Qué difícil es el equilibrio, el focalizar tus metas y objetivos a la vez que disfrutas de la vida y del ocio. Qué difícil es el equilibrio, el encontrar armonía y placer a la vez que dedicas esfuerzos.

Y entraba en esta reflexión, mientras me sentaba en una terraza al sol, en magnífica compañía, a disfrutar de un vino oloroso… Y es que el vino, en general, se disfruta desde su elección. Qué maravilla cuando te encuentras con una carta de vino equilibrada, bien elaborada, con distintas opciones que hacen que pedir sea una mezcla de incertidumbre ante el acierto y responsabilidad con el resto de comensales. Qué disfrute cuando comienzas a verter el vino en copa, y lo observas caer con gracia y finura, esa adherencia al cristal que te deja embelesado y deseando disfrutar el primer trago, casi siempre el mejor.

Qué armonía y qué equilibrio de sensaciones, qué explosión en el paladar y el olfato, qué maravillosa sensación el observar la sonrisa de enfrente, señal inequívoca de que has acertado. Y qué me dicen ustedes de esa persistencia en el paladar, aún cuando ya lo has tragado, el vino permanece embriagando tus sentidos, atrapando sensaciones y animando al espíritu a mantener una conversación alegre, qué conexión con la vida, con el entorno, con el estilo de vida.

El equilibrio entre el aroma y el sabor tiene una conexión directa con el equilibrio entre esfuerzo y relax. Ese rato en una terraza con amigos no tendría igual valor si se repitiera de manera constante e invariable. El retozar en el tiempo libre y abusar de estos placeres, de manera paradójica, nos priva de los mismos.

Beber vino con moderación libera endorfinas y tiene unos innegables beneficios para el cuerpo, ya saben aquello de “mens sana in corpore sano”, y les garantizo que después de un buen esfuerzo deportivo o intelectual una copa de vino sabe mejor, mucho mejor.

El vino es un antidepresivo natural, pero no por sus propiedades (que también), sino porque invita a ser compartido, a ser disfrutado de manera social.

Qué difícil es el equilibrio, pero les invito a llamar a esa persona que tanto desean ver, ofrecer un asiento y abrir una botella de vino, independientemente de la variedad que elijan les auguro una tarde de relax, sonrisas, diversión y placer para sus sentidos, cuídense, déjense cuidar y disfruten, que la vida son dos días y es demasiado corta como para beber vinos malos.

Antonio Estella Pérez.

Antonio Estella
Antonio Estellahttp://www.mlalegal.org
Socio director del despacho de abogados Mlegal. Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada se especializó en derecho de los negocios en las prestigiosas escuelas jurídicas Harvard Law School e Instituto de Empresa, para posteriormente comenzar su carrera profesional en despachos internacionales como Garrigues, Deloitte y MLA. En la actualidad compagina su ejercicio profesional con la colaboración en distintas universidades y escuelas de negocio como profesor

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