´Cómo hacer nuevas amistades a partir de los 40. Una charla de mujeres para mujeres´. Esto fue una publicidad que apareció de repente, mientras miraba publicaciones en la red social Instagram. ¡No me lo puedo creer! ¿Por qué soy una potencial participante a esta charla? ¿Yo? Si en la universidad era una de las chicas más simpáticas del salón.
Me enfadé tanto que estuve a punto de denunciar la cuenta por… no sé… difamación, perjuicio, instigación al odio… ¡qué sé yo! ¡algo! Pero es que creo que se nos está yendo la olla, pero de verdad, verdad. ¿Es necesario un manual de instrucciones para hacer nuevas amistades?
Si para hacer amigos solo hay que ver cómo se relaciona un niño de tres años en el parque. Es simpático, saluda a todos con su manito como si estuviera en plena campaña electoral; sonríe sin hacer ningún tipo de distinción entre las personas, y lo más importante, es educado, te da las gracias cuando le acercas la pelota. ¡Ya está! La lección es gratuita: simpatía, sonrisa y educación.
Lo que sucede es que hay una inmensa necesidad de crear problemas, socavar la seguridad de las personas –especialmente de las mujeres- para luego mostrar soluciones mágicas, valga decir a unos precios nada solidarios. Yo todavía no he visto, por ejemplo, este tipo de encuentros, masterclass o charlas para público masculino: 5 pasos para ser un hombre feliz; cómo vestir bien después de los 40 y verte como un chiquillo de 20; tres trucos para ligar en el bar. ¡No! Ellos van a su rollo, sin ningún tipo de instrucciones.
Aquí me enfado nuevamente, no con los hombres, no, sino con las mujeres. A veces tengo una amarga sensación de que existe una especie de aprovechamiento –no en todos los casos, por supuesto- con ellas, con nosotras. Que lejos de ´empoderarlas´, les hacen creer que necesitan recibir formación o instrucciones a seguir para vestir de forma correcta de acuerdo a la edad, para conservar la relación amorosa en el tiempo o para hacer nuevas amistades. Basta con mirar el contenido de las revistas más populares de todo el mundo, los portales femeninos o los encuentros ´de mujeres para mujeres´. ¿Por qué tanta subestimación?
Y en cuanto a lo de hacer nuevas amistades –sí, todavía no supero esta publicidad- muy probablemente sientas que de joven se te daba mejor hacer nuevos amigos ¡normal! Si en la época de instituto o universidad no se tiene muy claro cuáles son las prioridades, la capacidad de soportar tonterías es mayor y muy poco importa si eres de izquierda o de derecha. A medida que se envejece – y se paga impuestos- la vida se ve de otra manera, llega la ligereza verbal y con ella la facilidad de mandar a las personas a darse una vueltecilla cuando no simpatizamos con ellas. ¡Simple!
Ya por lo demás, la única forma de que no hagas nuevas amistades es que seas el ser mas tóxico de este planeta, no te cepilles los dientes y pelees a diario con el desodorante. Esto aplica para mujeres y hombres. ¡Listo! Es más sencillo de lo que parece. Sin trucos, ni masterclass.
Betty Hernández.
