La delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Ana Mestre, ha visitado el yacimiento arqueológico de Ocuri, en Ubrique, donde ha puesto en valor el apoyo de la Junta con el patrimonio de la provincia, una vez que la pasada semana, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, incoara el procedimiento para inscribirlo como Bien de Interés Cultural (BIC), en la tipología de Zona Arqueológica, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA).
Ana Mestre, que ha estado acompañada por la delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Mercedes Colombo, y la alcaldesa de Ubrique, Isabel Gómez, ha destacado que “con esta actuación, la Junta dará en unos meses la máxima protección a este enclave estratégico, desde el que se controla el paso natural hacia la Manga de Villaluenga por un lado y la salida hacia el sur de la sierra por el otro”, indicando que “a falta de su inscripción definitiva como BIC, que se hará una vez que se apruebe la declaración en Consejo de Gobierno, desde el momento de la incoación, el pasado lunes 28 de marzo, el yacimiento tiene la misma protección que si estuviera ya inscrito, es decir, podemos afirmar que ya es un Bien de Interés Cultural”.
La ciudad histórica de Ocuri es un espacio que ha generado desde su descubrimiento un gran interés arqueológico, tanto por su situación estratégica como por la monumentalidad de los vestigios edilicios y estructurales que han sido hallados en ella. El especial posicionamiento de este cerro calizo donde se asienta el reducto arqueológico, inserto en la sierra de Benalfí, lo convierte en una pieza clave para entender la razón por la que la población de esta área de la serranía gaditana la ocupase de forma continuada durante siglos.
Su estratégica posición dominante en altura y afianzada por sus murallas, así como su extensión indican que debió ser un municipio prerromano y romano de gran relevancia, hecho que queda igualmente demostrado por la monumentalidad de los restos arqueológicos que conserva.
El descubrimiento de este importante yacimiento arqueológico se realizó a finales del siglo XVIII gracias a la intuición de un ubriqueño llamado Juan Vicente Vegazo, un agricultor que inició las primeras actuaciones en la ciudad tras adquirir los terrenos del Salto de la Mora en 1792 y al que se debe el descubrimiento de su existencia a través de las excavaciones que llevaría a cabo durante varios años, hasta 1798.
Ana Mestre ha destacado la “importancia de este rico patrimonio arqueológico” y el trabajo realizado por el Gobierno andaluz en estos tres últimos años, “donde se han protegido como BIC, además, otros bienes de gran valor por toda la provincia, tales como el Yacimiento Arqueológico de Mellaria, en Tarifa; el Convento de Santa Teresa, en Sanlúcar; las Hazas de la Suerte, en Vejer; o el Carnaval de Cádiz”.