El escrache sufrido por Macarena Olona en Granada, atendiendo la invitación del Foro por
la Concordia para ofrecer una conferencia jurídica, por radicales de izquierdas no tiene
excusa alguna. Tampoco ayuda el tibio comunica de la UGR, en el que con una
equidistancia inexistente, equipara por igual a provocadores violentos y ciudadanos
pacíficos que pretendían asistir a la misma.
En definitiva, la libertad de expresión conculcada en el templo del conocimiento, del dialogo, de la igualdad y de la democracia para docentes y discentes. Extraña paradoja por quienes quieren imponer quien tiene derecho a expresarse o no. No hay excusa para este escrache, la opción política de cada uno se ejerce de forma individual y por las cauces democráticos que nuestras leyes nos otorgan.
La calle es de todos los ciudadanos. Por supuesto, y es por lo que la libre expresión de
cada uno si que deben ser equidistantes con los limites del respeto, seguridad individual y
colectiva de todos. El escrache que están sufriendo algunos políticos u otras actividades,
como norma general de una clara tendencia política, es todo un atropello a la
democrático. El acoso, que no la protesta o manifestación legal, esta penado en nuestro
ordenamiento jurídico; y acoso premeditado, organizado e ilegal es lo que Olona sufrió en
Granada.
No son nuevas estas concentraciones violentas o de acoso al propio Sistema, desde el
2004 las venimos sufriendo de distintas formas y eficacia, y mal camino están tomando
estas acciones si las “aderezamos” con continuos ataques a la libertad de expresión, a la
integridad del Estado, al de sus instituciones más altas, o a cultos religiosos. No debemos
de dejar de creer y defender en que nuestra actual democracia se base en que la
soberanía reside en el pueblo, que la ejerce mediante el voto; voto libre, directo y secreto.
Ese es el único camino de cambiar algo, nos guste o no, sea de nuestra creencias o no lo
sea.
Lo que por desgracia le faltaba a esta España cainita, es que se siga tolerando estos
hechos violentos , por los que fomentan un “guerracivilismo” trasnochado y peligroso con
comportamientos facinerosos impropios de una sociedad avanzada
Ignacio Pozo
CEO jurídico
