La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha juzgado este martes a un militar de 39 años acusado de abusar sexualmente de la hija de la que fuera su pareja, cuando la niña tenía 14 años. Por estos hechos, el Ministerio Fiscal y la acusación particular le reclaman cinco años y medio de prisión como presunto autor de un delito de abuso sexual continuado, además de una indemnización para la menor de 10.000 euros.
El acusado ya fue juzgado el pasado mes de octubre por la misma sección de la Audiencia de Jaén tras ser acusado de violar a su prima hermana desde que esta tenía nueve años y durante siete años consecutivos. En esta causa resultó absuelto, aunque la sentencia se encuentra actualmente recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
En la causa que se ha juzgado este martes, la menor ha declarado por videoconferencia y ha relatado que cuando tenía 14 años y su madre mantenía relaciones con el acusado, con quien tiene un hijo, la sometió hasta en dos ocasiones a diversos tocamientos de índole sexual.
Ha señalado que en un primer momento se lo contó a sus amigas, pero finalmente acabó contándoselo a los abuelos paternos que fueron los que finalmente destaparon el supuesto caso de abuso ante los padres, como primer paso a la interposición de la correspondiente denuncia en diciembre de 2020.
“No quería quedarme a solas con él, pero me tenía que quedar”, ha dicho la joven ante el tribunal, al tiempo que ha reconocido que su relación con el acusado nunca fue buena porque “no me gustaba y lo veía mala persona”.
Por su parte, el acusado se ha defendido diciendo que “todo es mentira” y que la niña “siempre ha mentido mucho”. Era “muy fría y mentirosa”, ha dicho el acusado, al tiempo en el que ha subrayado que él “nunca” se quedó a solas con la pequeña, extremo este último que también ha apuntado la madre de la menor al declarar que la niña no se quedó a solas con el acusado, salvo en momentos puntuales en los que tenía que salir a comprar algo o entrar a la ducha.
Las profesionales de la Fundación Márgenes y Vínculos han declarado como peritos que el testimonio de la menor es “creíble” y que la sintomatología que presentaba la menor en el momento de la exploración psicológica era “compatible con haber sufrido violencia sexual”.
Han descrito que en un primer momento la madre y la familia materna no creían a la menor, lo que suponía para la niña una mayor presión. Pese a ello, informe psicológico refrenda la credibilidad del relato de la niña cuando narraba los dos episodios de abusos protagonizados presuntamente por el acusado.
Además de la pena de prisión, el Ministerio Fiscal y la acusación particular piden que se le impongan seis años de libertad vigilada que se ejecutará tras el cumplimiento de la pena privativa de libertad, consistente en la obligación de participar en programas de educación sexual e inhabilitación especial para cualquier oficio o profesión, retribuido o no, que suponga contacto regular con menores de edad por tiempo superior a cinco años al de la pena privativa de libertad.
También solicitan la prohibición de acercarse o comunicarse con la menor durante siete años por encima de la pena privativa
de libertad que resulte impuesta.
Por su parte, la defensa ha abogado por la libre absolución por entender que no ha quedado acreditado la existencia de abusos y que la menor que actuado por “la ira” y “el coraje” que le tiene al que fuera pareja de su madre.