La información conocida estos días sobre la defensa que el diputado por Granada, José Antonio Rodríguez Salas, del Grupo Socialista, hizo en la comisión de asuntos económicos y transformación digital del Congreso, para agilizar la puesta en funcionamiento de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), en La Coruña, ha puesto de manifiesto una vez más la triste lacra que nuestra provincia padece con muchos de sus representantes en las Cortes.
El hecho de que esta actuación se haya producido solo unos días después de que las instituciones granadinas decidieran impugnar el Acuerdo del Gobierno de España por el que de modo desviado se adjudicara la sede física a la capital gallega en detrimento de nuestra ciudad, y al mismo tiempo en el que una buena parte de la sociedad granadina se movilizaba para apoyar tal decisión, es incalificable. Ni la mente más imaginativa podría haberlo previsto.
Que entre los 120 diputados del PSOE en la cámara haya tenido que ser el representante por Granada quien presente y defienda la iniciativa, es muy significativo. Ha sido absolutamente esclarecedor de la lamentable realidad de que Granada está sola y abandonada, sin nadie que patrocine sus intereses en el Congreso, porque ninguno de los restantes representantes granadinos nada han manifestado sobre la actuación del diputado granadino.
La falta de compromiso de los representantes en las Cortes ha quedado patente. Denótese que no ha habido ni una sola declaración crítica con la actuación del Gobierno en este asunto de la AESIA. Tampoco se ha producido frente a la osadía indolente del señor Rodríguez Salas, ni se sabe que se haya registrado una pregunta dirigida al ejecutivo para que responda por el asunto de la Agencia. Sí que se han visto declaraciones, interpelaciones y mociones de los representantes de Teruel Existe sobre la Agencia Espacial Española que los turolenses creen que les ha sido sustraída.
Queda claro que quienes en este momento engrosan el elenco de ser los padres de la patria en el Congreso por Granada, carecen de un auténtico compromiso con nuestra provincia, la cual solo ocupa un segundo grado en su escala de prioridades políticas. Para ellos lo primero no es el interés general de los granadinos.
La actitud del señor Rodríguez Salas es de todo punto de vista intolerable, así como demostrativa de una desfachatez difícilmente superable en la lid política. Muchas cosas hemos visto, pero infinitas son las que parece que están por venir con este plantel de políticos que no solo no favorecen, ni coadyuvan en las causas de la provincia a la que nominalmente representan, sino que descaradamente la perjudican. Patente ha quedado lo que digo, así como la necesidad de buscar una fórmula por la que Granada se dote de representantes con compromiso real para con ella.
