Cuatro décadas de inversiones constantes han hecho que Sevilla sea una ciudad del siglo XXI, pero, eso sí, habrá que añadir que, a costa del resto de las capitales de esta Andalucía artificial, y más especialmente de Granada.
No hablamos por hablar. Hoy, el alcalde de la ciudad hispalense, Antonio Muñoz, se despacha ufano en una entrevista y citamos literalmente, diciendo y reconociendo: “No se veían aquí [refiriéndose a Sevilla], tantas inversiones desde la Expo del 92”. Y es cierto. Y ha añadido: “Es la hora de esta ciudad para hablar de tú a tú a Madrid y Barcelona”. Nos alegramos por Sevilla, que tiene un alcalde que puede decir esto. Lógicamente, nos apenamos por una ciudad como la nuestra, en la que es lamentable ver los bandazos que el nuestro, Paco Cuenca, para intentar -solo intentar-, que todo el mundo mire para Granada, aunque a él lo pongan mirando para Cuenca, una y otra vez, sin conseguir nada tangible para Granada.
La reacción de Marifrán, proto-alcaldesa autoproclamada de Granada, ha sido decir, “que aquí es lo mismo, pero que el alcalde de Granada, no lo reconoce”. Paco Cuenca, en tanto, en su narrativa diaria alejada de la realidad, tan persistente que ya hay quien le llama impropiamente “Paco Cuentos”. Y lo cierto es que el alcalde de Sevilla lleva razón, toda la razón, y nada más que la razón. Porque sin contar muchas de las anunciadas, Sevilla lleva recogidos en el último año, más de cinco mil millones de euros en inversiones no previstas: 1366 solo para la ampliación línea 3 del metro sevillano, 725 para la Agencia Aeroespacial Española solo para este año 2023; 525 para la implantación del metro al aeropuerto y 228 para la ampliación de éste, 70 millones para el Campus de Altas Palmas y la ciudad de la Justicia, 74 para el antiguo Hospital Militar de Sevilla, que precisamente, ha abierto en estos días sus puertas, 80 para distintos proyectos en inversiones culturales, de los que 26 son para el proyecto de las Atarazanas… Y eso solo para la capital, de la provincia ni hablamos.
Mientras, aquí se siguen discutiendo las actuaciones más básicas, de modo que, o nos las pagamos nosotros con el dinero que la Alhambra ha generado durante años, para que de ese modo no venga ni un duro del presupuesto andaluz, o contabilizamos las nulas inversiones en Granada mirando melancólicamente el piscinón de Rules, el mayor estanque de agua mineral del mundo, en tanto que las Administraciones responsables siguen peleándose. Salvo cuando se entienden por imposición de sus jefes, como en el asunto de la AESIA, en el que todas han cerrado filas tras vérseles las vergüenzas.
Cada vez cobra más razón de ser una agrupación electoral como GxG, que actúe y defienda realmente a Granada. Porque nunca ha habido menos inversiones en Granada, incluso desde mucho antes de la Expo 92.
César Girón
