La Fiscalía de Almería ha solicitado el ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario por un periodo de diez años menos un día para el hombre acusado de matar en septiembre de 2021 a su compañero de habitación en una residencia para personas con discapacidad ubicado en Viator (Almería) tras atender, conforme a la prueba forense, al “retraso mental leve con trastorno de la conducta” que padece y por el que concurre una eximente incompleta de responsabilidad.
Así lo ha trasladado durante sus conclusiones en el juicio con jurado que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería donde, en la última jornada antes de la entrega de veredicto, ha modificado su escrito de acusación provisional porque el que inicialmente interesaba once años de prisión; una modificación a la que se ha adherido la acusación particular ejercida por la letrada Jessica Hernández en representación de la residencia Aspapros así como la defensa, siempre y cuando se tenga en cuenta dicha eximente.
Las partes han incidido así en el informe psiquiátrico practicado al acusado por parte de los médicos forenses, quienes han detallado a partir de la exploración que el acusado presentaba “conocimiento de los hechos” cometidos pero una “menor capacidad de inhibirlos” que otras personas, lo que puede influir en el control de su “impulsividad” a la hora de efectuar la agresión.
En este sentido, ha precisado que el acusado padece un retraso mental “leve” que, solo en caso de ser “moderado” o de mayor grado, podría haber “anulado” sus capacidades. “Al cien por cien no puede ser consciente de los hechos”, ha aseverado a preguntas del letrado de la defensa, Miguel Martínez, ante quien ha ajustado la edad mental del acusado a la de una persona de “entre 9 y 12 años”.
No obstante, ha apuntado que aunque el trastorno mental es “evidente”, el acusado lo puede “corregir” con “tratamiento”, ya que incluso la medicación que le era suministrada en la residencia iba encaminada a tratar los trastornos de conducta y no su retraso mental.
Durante el juicio los miembros del jurado han tenido también la posibilidad de visionar las imágenes de la agresión que fueron captadas por una cámara y que han permitido agilizar la instrucción, ya que en ellas se aprecia cómo el acusado golpea a la víctima, que cae al suelo boca abajo, y después el pisa la cabeza.
Al respecto, el forense que exploró el cadáver de la víctima ha señalado como compatible la agresión con las lesiones que le provocaron la muerte nueve días después del ingreso hospitalario en la UCI del Hospital Universitario Torrecárdenas con un traumatismo craneoencefálico severo, como también ha atestiguado una de las primeras doctoras que le atendió en el área de Urgencias.
Durante el juicio también han declarado los agentes que practicaron las primeras diligencias y quienes realizaron el visionado de las imágenes captadas por la cámara de seguridad. Asimismo, la directora de la residencia y otras tres trabajadoras que el día de los hechos, que tuvieron lugar el 12 de septiembre de 2021, realizaban el cambio de turno cuando se sucedieron los hechos.
Todas ellas han coincidido al asegurar que el acusado llevaba una vida ciertamente independiente a pesar de su discapacidad en el centro y no era una persona problemática, más allá de las “rencillas normales del día a día” que, en general, se dan entre los usuarios. Ninguna de ellas se encontraba presente en el momento de la agresión, ya que se dieron cuenta a los pocos minutos. El acusado llegó a confesar a una de ellas que había sido el autor del ataque.
El acusado, quien en su última palabra ha mostrado su “arrepentimiento” por los hechos, ya confirmó en el primer día de juicio que le había pisado la cabeza a la víctima porque se había “cagado en mis muertos”; un extremo que han confirmado los testigos en sus declaraciones. Asimismo, pidió ser enviado a otro centro porque en la prisión estaba “mal”. El juicio ha quedado visto para deliberación del veredicto.
