La llegada de las nuevas medidas contra el coronavirus para la época navideña ha traído confusión con el término allegado. Para el ministro Salvador Illa se sobre entiende el significado para ante la insistencia para que lo aclare ha tratado de resolver la duda: “Es una persona que sin tener una relación familiar clásica con otra persona, tenga una vinculación sentimental… lo que todo el mundo sabe que ocurre en Navidades”.
Pese a todo, el ministro Illa ha apuntado que en estas Navidades, si se puede, se deben evitar las reuniones y los desplazamientos porque “es momento de quedarse en casa”.
Ya no «pandemia» o «coronavirus», ni siquiera «vacuna», lo que los españoles buscan en Google es «allegado». Las consultas se han disparado desde que el pasado miércoles el ministro de Sanidad, Salvador Illa, metió esa relación tan indeterminada (la de allegado) en el saco de los no convivientes que podrán sentarse a la misma mesa estas Navidades.
Un individuo que el diccionario de la RAE define como esa persona «cercana a otra en parentesco, amistad, trato o confianza». La etimología lo conecta con el latín applicare, que le daría ese matiz de arrimado o cercano, y la literatura española da buena cuenta de su uso secular, al menos desde el siglo XIII. Pero de ahí a que sirva como elemento capital en una norma y exista forma de acreditárselo a la autoridad de turno va un trecho.
Para encontrarlo en la legislación, como explica el catedrático de la Universidade da Coruña Domingo Bello Janeiro, hay que ir al artículo 160 del Código Civil, que habla de los derechos del menor a relacionarse con sus hermanos, abuelos… «y allegados», o a la Ley 35/2015 sobre daños en accidentes de tráfico, que lo define como una persona que hubiese convivido al menos durante los cinco años anteriores con el fallecido y que fuese «especialmente cercana a ella en parentesco o afectividad». La primera referencia ha dado lugar a un amplio desarrollo jurisprudencial incluso a nivel europeo, pero, como dice Bello Janeiro, no se libra de ser «un concepto jurídico indeterminado». Y en la segunda, la convivencia familiar sería fácilmente acreditable pero la especial relación de afectividad no tanto, según pone de relieve el catedrático.
Y EN ANDALUCÍA, ¿QUÉ SIGNIFICA ‘ALLEGADO’?
La pregunta estaba ayer en la calle, no tanto por el conocimiento del término en sí mismo, sino por la ambigüedad que supone, tal como está planteado en las medidas comunes acordadas en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, poder coger el coche y plantarse uno a visitar en otra comunidad autónoma a un viejo conocido o a un reciente flechazo conocido en un chat de citas digitales.
La Junta anunció ayer que definirá con más precisión qué personas podrán acogerse a la apertura de la movilidad consensuada el miércoles entre las administraciones autonómicas y el Ministerio de Sanidad para Navidad. Tal como refleja el texto del citado acuerdo, estarán prohibidos los viajes entre las regiones salvo para quienes viajen al “lugar de residencia habitual de familiares y allegados”. Para el presidente de la Junta, Juanma Moreno, la figura del allegado autorizado en las reuniones familiares “puede ser un coladero y difícil de justificar para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”. Su intención es matizarlo.
En una entrevista ofrecida en el programa Mesa de análisis de Canal Sur Televisión, Moreno se detuvo a explicar que hay aspectos que hay que “pulir”, en referencia al número de diez comensales permitidos para las fechas navideñas y a la consideración dentro del núcleo familiar de allegados o personas cercanas.
Moreno adelantó ayer que introducirá “matices” cuando el Gobierno andaluz renueve el próximo día 10 el sistema de políticas que estarán vigentes en Andalucía las siguientes dos semanas, sin excluir un adelanto de las que puedan tomarse en Navidad y en sus fechas más señaladas.
Cuanto más cerca de esos días se adopten las medidas de restricción o flexibilización, “más certera” será la decisión, defendió Moreno. En estos momentos, las cifras epidemiológicas siguen mejorando día tras día, paulatinamente. El nivel de contagios, medido por el indicador de la incidencia acumulada en 14 días, se redujo un día más al valor de 249,4, casi 300 puntos menos que hace 20 días (548,8 el pasado 12 de noviembre).
El menor grado de contagio se va notando con unas dos semanas de retardo en la presión asistencial de los hospitales. Y en Andalucía ya están bajando. Los pacientes críticos ingresados en la UCI de los centros andaluces bajaron por primera vez en un mes de los 400 ingresados (388 ayer). También disminuyeron las camas ocupadas por enfermos agudos: ayer se registraron 74 menos, quedando un total de 1.924. Son 627 personas hospitalizadas menos que hace una semana (2.551), según los datos de la Consejería de Salud.
