Arroceros estiman pérdidas de 700 millones y 5.000 empleos al no poder sembrar este año por falta de agua

Los 1.283 metros cúbicos por hectárea que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aprobó para los arroceros sevillanos en el último pleno de la Comisión de Desembalse no es suficiente para que el sector siembre, por lo que las pérdidas pueden llegar a los 700 millones de euros y los 5.000 empleos.

Así lo recoge el estudio socioeconómico encargado por el sector ante la situación actual y confirmado a Europa Press por el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Mauricio Soler. De igual manera, no poder sembrar nada o casi nada este año, tras sembrar un 30% en 2022 y un 50% en 2021, repercute en el ecosistema de las marismas de Doñana y, especialmente, en su población de aves y fauna de la zona.

El estudio recoge que la aportación al mercado laboral por parte del sector es de 5.000 puestos de trabajo y cien millones de euros de remuneración de asalariados. De esta manera, la industria arrocera y sus actividades vinculadas generan “riqueza y empleo” y, en concreto, representan el dos y el 4,8% del sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca de la comunidad andaluza.

A estas cifras, se añaden unas ventas de más de 700 millones de euros y una contribución de 38 millones a las arcas públicas, configurándose como “un motor de crecimiento, cuyo peso en el sector primario se puede cuantificar en un 5,3 por ciento de su producción total”.

Además, el estudio recuerda que el sector arrocero ha sido capaz de “promover importantes efectos de arrastre” que se concretan en el hecho de que cada empleo generado de forma directa generaría 1,12 empleos de indirecta e inducida en la economía regional.

UNA ÚLTIMA CAMPAÑA “DESASTROSA”

Cabe recordar que la pasada cosecha del arroz fue complicada. Las previsiones eran pesimistas y las cifras reales fueron “desastrosas” en algunas zonas. En concreto, en el margen derecho los rendimientos no pasaron de 4.000 kilos por hectárea, “menos de la mitad de lo que se suele cosechar”, y en la margen izquierda alrededor de 8.000 kilos por hectárea.

“No fue un buen año” tanto por “las malas condiciones del río” –con una alta salinidad y con apenas caudal ecológico– como por las altas temperaturas del pasado mes de julio.

Por último, los arroceros siempre destacan que su labor “devuelve cristalina el 75% del agua que captan con materiales en suspensión”, lo que les convierte en “un filtro del río”, además de ser “la despensa de Doñana” ayudando a su diversidad de flora y fauna.

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